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martes, 17 de julio de 2012

SANTABARBARADA_2012


“El camino que unos hacen otros lo han de deshacer”. A deshacer el camino que nos ata al pueblo nos conjuramos poco antes de la Nochebuena de 2011. Una peregrinación desde la Plaza de El Pilar hasta la Ermita de nuestra Santa, la Bárbara de los mineros que estos días también peregrinan su indignación, y la de todos. Elegido el viernes 13 de este julio de dolores, y tras debates de ruta, nos citamos a las 21h en la Basílica. De Morata bajaron Miguel, Moncho, Pelotieso, Luis I y Boni. En Zaragoza esperábamos Miguel, Juancho, Rafa, Carlos, Fernando y Luis. El plan era sencillo: 10 andaban y Luis I dirigía el cotarro con The Bonis’ furgoneta, desde ya coche oficial cenefo. Un acierto, ya que pudimos cargar todo el agua, alimento y mochilas de apoyo para la andada de más de 60 kilómetros que nos esperaba.

Con puntualidad, a las 21h, tras la foto de rigor iniciamos el camino. La tarde era plomiza y muy calurosa, por lo que esos primeros kilómetros en el centro de Zaragoza,  a 38ºC, se hicieron pesados. Amenizados eso sí por los dichos de Boni. Dejamos constancia de una perla médica para aquellos que se animen a perder masa: “Menos plato y más zapato”. El resto se quedan en el vestuario. Con estas fuimos llegando al canal, cuyo camino tomamos para dirigirnos hasta Plaza donde Luis I había fijado el primer avituallamiento. En esta zona, con la noche ya cayendo, se alivió la asfixia y comenzamos a respirar un poco. Seguir la autovía y colocarnos los frontales nos enfrentó con lo que nos esperaba: una larga noche. 

La llegada a Plaza y la visión de la frago, fue la primera alegría. Allí nos esperaba Luis I que ya había inspeccionado parte del tramo siguiente, amén de enfriar la bebida y preparar el avituallamiento. Llegamos con ansia y dimos buena cuenta del agua, fruta y alguna barrita que otra. Repuestos, el siguiente objetivo era Centrovía, antes de alcanzar La Muela. Esta zona fue más dura de lo previsto por el asfalto, y algunos, como el narrador, estaba deseando llegar para cambiar neumáticos. También Carlos iba ya algo preocupado con una rozadura que amenazaba el talón. Allí asumimos que se iba a ir por el lado derecho de la carretera, intentado acortar algo el trayecto desde La Muela hasta El Sabinar. Ya por entonces Luis I nos había contado de los recelos que levantaba su deambular en The Bonis’ frago.

Retomado el camino, comenzamos a ascender hasta La Muela. Había que coger un camino que nos llevaba hasta las antenas y ahí comenzaron las primeras dudas. No estaba claro el camino y ya comenzamos a acordarnos de la ruta de Fernando. Menos mal que Boni exploró hasta dar con algo similar a una senda, que nos debería llevar a las antenas. Corta pero intensa. Fue la primera sudada de la noche. Llegado allí, Luis I nos citó en “el secadero de jamón”; sin más detalles. En el camino encontramos nuestra frago y al poco a Luis I que había ido a nuestro encuentro por un camino diferente. En este punto, ya Carlos estaba bastante apurado con la ampolla y le convencimos para que se subiera a la Furgoneta. Tras ciertas dudas, decidimos por fin buscar acomodo para cenar entre la Plaza de Toros y el Auditorio de La Muela. Lugar perfecto para fechas como estas, en las que recordamos que se hizo y lamentamos que nos harán. Con vítores a Mariví, desplegamos embutidos, tomate, embutidos, quesos y el vino Ribera del Duero, versión bota, que prometió Luis I. Como no podía ser de otra manera la cena fue animada. Se notaba, y bastante, que estábamos allí y nos sorprendíamos de que todavía no hubiera acudido autoridad alguna a mirar. Buena la cena, bueno el vino, bueno el postre. Luis I, que no podía andar, se desquitó con una buena dosis de bota y pasó el testigo de piloto a Carlos, al que hubo que curar el ampollón que llevaba. Tras una foto de rigor, comenzamos a andar. Antes damos cuenta del cambio de zapatillas de Rafa, que se calzó el ya famoso modelo Nike Gordito, recomendadas para corredores que atropellen la gravedad. Constatamos que Miguel también las calza (fue voluntaria la confesión). 
A la salida del parque, por fin, vino la autoridad que presumimos. Allí coincidimos, autoridad, The Bonis’ Team con la fragoneta y nosotros. Esquivada la frago, la autoridad siguió su camino. También nosotros. Dejada atrás La Muela, nos adentramos en el mar de molinos por la antigua carretera, para descender hacia El Sabinar. Es posiblemente el trayecto más duro. Sea por la noche, sea por el asfalto, sea por las molestias que ya afloran, algunos, como el narrador, comienzan a flojear. Menos mal que The Bonis’ Team nos cuidaba bien y se paró a repasar los pies, que buena falta hacía. Con lo parches puestos, se retoma el camino paralelo a la autovía hacia la siguiente parada en El Navarro, justo cuando ya comenzaba a clarear. En esta zona Luis I nos abre la puerta de servicio y de paso nos evita un buen rodeo. Es momento de recuperar algo de fuerzas, y optamos por tomar algún café, cola-cao o similar.
Al salir nos encontramos con el día. Podemos por fin, recoger frontales y chalecos reflectantes y con un ánimo algo renovado emprendemos el camino hacia La Almunia, esta vez por la parte izquierda de la carretera. De nuevo nos enfrentamos a interminables rectas, con alguno en estado de somnolencia. En este camino paralelo a la autovía, como al principio de la noche, hay más de un camión que nos saluda, no sabemos si confundiéndonos con mineros despistados o por romper el aburrimiento de su viaje. Tras una nueva parada en una gasolinera, para tomar agua y un café en el caso de Juancho (el sonámbulo), comenzamos el tramo hasta La Almunia.
Esta parte del camino es un debate continuo de cómo ir de La Almunia a Morata. Previsto estaba, pero está claro que esta ruta surge del consenso en el camino. Para más inri, Luis I, que siempre tiene algo que decir, se inhibe en la discusión: el que anda, decide. Es su teoría. Lo malo es que andarines había nueve y posibles rutas, tres. Momentos de confusión, aderezados con secantes en Zufrisa, que al menos nos hacen llevadera esta recta. Sin decisión tomada llegamos a La Almunia cuando ya el sol empezaba a caldear. Había poca gana de almorzar, visto que se nos iba a echar encima la solana, así que la parada fue fugaz. Lo único claro es que íbamos a tomar el camino hacia el alto de La Perdiz y en el área de descanso se decidiría si se sube o se va por el río… aunque todo parecía indicar lo obvio: se subiría La Perdiz.
Llegados al área de descanso de la antigua nacional, lo único que ya faltaba por decidir es la técnica de subida. El debate fue corto y se optó por la técnica MEU. Con esas nos abrimos hacia arriba en desbandada. Lo cierto es que la subida fue más sencilla de lo previsto y que no se hizo nada pesado. 
Pero se sudó. El alto nos permite ya vislumbrar Morata y el objetivo cercano. Tocaba bajar y con esto no se había contado. Mucho peor que subir. Para entonces cada piedra era un alfiler y alguna senda se atragantó a más de uno que iba justo de neumáticos. Con paciencia, descendemos a Jabacín y saltamos al camino que sube del Valle de los Fósiles a la Perdiz. La senda que conecta ambas zonas se hace interminable, pero una vez reagrupados en el camino, y con la frago esperándonos al fondo, tenemos claro que ya habíamos llegado. 
Bajamos, nos reagrupamos con Carlos y emprendemos el último tramo. Para entonces, ya se había llamado al Albergue para que nos preparase alguna bebida isotónica de La Zaragozana. Ver el pueblo y Santa Bárbara al fondo fue una nueva alegría. El objetivo se había conseguido. Con la alegría en el cuerpo llegamos al Albergue a reponer sales. Varias jarras después, nos motivamos para subir a Santa Bárbara… y así poco antes de las 12h, después de algo más de 65 km, más de 80000 pasos y 13 horas de andada llegamos a la érmita de la patrona de nuestro pueblo. Y allí estábamos todos, cenefos, PCs, The Bonis’ Team, la frago y el pueblo. En paz con nosotros mismos, con hambre y sueño. 
Para acabar, tocaba ducha y reunión de nuevo para dar cuenta en el Albergue de un rancho reparador que nos había preparado. Hubo de todo: cerveza, vinito, buena comida, algunas canciones y casi hasta firmas de camisetas. Hasta Juancho, cuando se despertó, puso himno a la andada. Eso sí, solo es aplicable una estrofa: No podemos caminar con hambre bajo el sol.
Rematamos el día en el Zepelín con copichuelas varias, cantos regionales y desbandada general. Fue una bonita experiencia que caso de repetir esperemos podamos hacerla con algunos ausentes, sea por compromisos, sea por operaciones inoportunas, sea por caídas… La Santabarbarada 2012 es historia. Gracias a Luis I y Carlos que sin ellos esto hubiera sido mucho más difícil, a Boni y su invalorable frago, a Juancho y Miguel por la organización, a Fernando por preocuparse en preparar rutas y a Lourdes por su rancho. Y a todos los que han compartido el camino. Una vez más se ha demostrado que andando solo se va rápido, pero en compañía se va más lejos.










domingo, 6 de febrero de 2011

ARROJO CENEFO

Tocaba una salida para ir cogiendo algo de forma e ir alejando el invierno. Nuestro guía preparó una salida hasta La Cartuja. Quedamos a las 7.30h en el Puente de Piedra y allá llegamos Juancho, Rafa y Luis con puntualidad. Un poco más tarde llegarón Raúl, Miguel y Fernando. Hacía frío y a esas horas deambulan muchos nocturnos en retirada, que provocan nuestro primer debate sobre las sardinas rancias y el maridaje con cerveza.  A las 7.45h partimos hacia San Juan de la Peña (alguno deshizo el camino) y torcemos en el Camino de los Molinos para embocar hacia San Gregorio. En el camino nos encontramos otro ejemplo de los estragos de una noche mal entendida (véase foto). Por cierto, mucho frío a estas horas de la mañana.

A las 8.20 llegamos a San Gregorio y continuamos todo recto para llegar  a San Juan de Mozarrifar, donde hubo que buscar una panadería para apañar el almuerzo comunitario planteado para esta salida. Si se busca la salida a la derecha que va hacia el campo de fútbol, hay un Spar que a esas horas sirve un maravilloso pan tierno. Se retoma el camino hacia la pasarela sobre el río Gallego. Cruzado este hay que ir hacia la izquierda y tomar la senda Juancho, paralela al río y complicada por la rosada, las zarzas, las piedras, árboles caídos y el frío. Son varias las veces que estamos a punto de dejarlo, pero el guía no ceja hasta llevarnos al azud donde comienza la Urdana, donde llegamos sobre las 10h. Aquí apañamos un almuerzo sensacional regado con vino cenefo y no cenefo. Como siempre arreglamos el mundo (aunque el arreglo lo dejamos en las Vegas). Acabado sobre las 10.50h, tenemos que tomar el camino hacia La Cartuja. Surge aquí una dificultad no prevista: fuimos asaltados por un perro jubilado y un microcan que provocó algún pequeño caos en las huestes cenefas. Tras una primera retirada (o desbandada, según las interpretaciones) para planificar las acciones a tomar, optamos por la única posible: proveernos de armas disuasorias y seguir. Un poco avergonzados al ver el percal contrario, que no estaba para mucho trote, continuamos hasta La Cartuja, donde descubrimos lo vedado del camino.

En La Cartuja tomamos la carretera para seguir hasta Montañana. Es lo peor del camino, todo asfalto y bajo un calor que ya empieza a apretar en una mañana más propia de primavera que de invierno; y eso a pesar del hielo que vimos en algunas zonas a primera hora de la mañana. Tramos que solo se arregló por el cachondeo que provocó el efecto de la crisis en el mobiliario urbano. Y si no, véase las fotos de esta andada y como son las nuevas marquesinas para esperar el autobúsde la línea 28. A las 11.50h llegamos a Montañana, y a la altura de la fábrica (no tiene perdida) giramos a la derecha para ir hacia el río. Llegados al Gallego ya lo vamos a seguir fielmente hasta que ameriza en el Ebro. Somos testigos de una fantástica mañana de domingo salpicada de familias enteras haciendo deporte. Alcanzado el Ebro, vamos hacia el bar La Barca, perfecta recomendación de Raúl en la que enjugamos sudores con jarritas frescas, morro frito y algo de calamar para ir tirando (todo isotónico). No hay mucho tiempo, así que terminamos discusiones sobre mallas, sillas y las próximas salidas. Que serán en breve.

Vamos a retomar la vieja costumbre de catalogar las salidas, para la que animamos al comentario. Recordad el ranking cenefo: paseo, calcetinada o inflón (con sus variantes y precisiones). Vaya una primera propuesta: calcetinada (dícese de la andada que se hace larga, ya sea por el kilometraje, lo insulso del terreno o lo árido del paisaje).

Datos técnicos: Salida #50 | Distancia 28,26km | Desnivel acumulado 318m | Tiempo efectivo 5h08' | vel efectiva 5,5km/h | Tiempo total 6h40'

domingo, 25 de octubre de 2009

AVZ: mandan mojones. Anillo Verde de Zaragoza (Del Puente de Santiago a la Prolongación Gómez Laguna)

morata_de_jalon_senderismo_21

más fotos...                    Tiempo efectivo: 3 horas 51 minutos
Tiempo total: 4 horas 24 minutos
El anillo verde de Zaragoza (AVZ) fue el elegido para seguir haciendo piernas por Zaragoza. Allá fuimos los cenefos, tras una quedada a las 7.30 en el puente de Santiago. Desde Delicias amaneció Fernando, desde la Puerta del Carmen Juancho y Rafa, y desde Salvador Allende, Luis. Encontrados en el puente, iniciamos la ruta con el Ebro como compañia.
El camino está marcado por mojones cada 100 metros, según la guía consultada (pero por los mojones) y además pronto coincidos con las indicaciones de la GR99 que comparte. Se pueden apreciar en su vía urbana maravillas de la arquitectura moderna como el azud Belloch y el embarcadero del Sena. Enseguida, dejadas las Fuentes y los restos de botellón nos adentramos en las zonas de sotos que jalonan el Ebro. El ritmo es vivo, muy vivo, recordando la ernestada que también se hizo al lado del Ebro. Sea por el ritmo o por lo pronto de la mañana, cualquier amago de polémica se cierra pronto, si bien Fernando nos deja alguna frase que merece reseñarse. Para la próxima calcenada de verano: "tonterias las justas". Queda dicho.
De vez en cuando se ven gallináceas varias (fochas, garzas...) que habitan estos sotos y nos alegran la vista. Este camino natural de la Alfranca es un terreno llano pero muy agradable de hacer. Enseguida llegamos a un cruce de caminos donde abandonamos la compañía del Ebro y tiramos para la Cartuja, tomando el desvio de la derecha.
En el pueblo corredora y confusión. Ya empiezan a escasear los mojones y sufrimos el despiste. Cruzado el pueblo, finalmente llegamos al puente que cruza la autovía que lleva al Burgo. Tiramos para arriba hacia el Canal Imperial. Ya la zona empieza a ser menos verde, sin mojones y con poco incentivo.
Cruzamos por el barranco de la muerte, con Rafa añorando el nuevo campo de fútbol, al que promete Juancho ir con bastones. De allá tiramos para los montes de Torrero, avisando esclusas y atentos a los comentarios de Juancho sobre la obra de Pignatelli. El ritmo no se ha aflojado en ningún momento y se impone un descanso para el chicken-in reglamentario: vino, bocata y fruta.
Tras este alto nos metemos en la zona Torrero-La Paz en una zona ya urbana, que nos ha de llevar a las lindes del Parque Grande. Antes contemplamos un hermoso chopo que queda inmortalizado en la foto que ilustra la crónica. Foto de autor (estamos desentrañando el mensaje, parece ser que lo importante es el camino, pero no estamos del todo seguros).
Poco a poco, las fuerzas en algunos van mermándose, mientras Juancho y Fernando se suben arriba. Llegados a Casablanca (véase en el albúm la Casa que le da nombre) cambiamos orilla del Canal y enseguida dejamos su compañía para buscar ya la zona urbana y las cervezas de rigor. Aun dudamos si completar el anillo, pero vemos que va a ser a costa del vermú y finalmente decidimos ir a las Delicias como final de fiesta. Además llevamos a Rafa con inflón. Fernando aconseja para tirrar de jarra y comestibles: pimientos, salmueras, patatas bravas... comida y bebida energética para reponer sales.
Ha sido una buena mañana en los alrededores de Zaragoza.

www.cenefos.es

sábado, 13 de junio de 2009

Marcha nocturna en Zaragoza

morata_de_jalon_senderismo_6
mas fotos...
Adios al trote cochinero. Comenzamos la era de la ernestada, Deus lo vol. Bajo un calor sofocante acudimos, a eso de las 22 h, los cenefos al pabellón de Juslibol, citados por Os Andarines para irnos de marcha.

Una mistela con conguitos para entretener la espera y relajar los competidores que rondaban. En esas, llegó Ernesto. Sorpresa agradable para compartir la marcha, pero Ernesto lleva otra velocidad.
La salida a las 23 h fue fulgurante. A ritmo subimos hasta las antenas de Juslibol, sudando la gota gorda porque a esas horas todavía el calor era agobiante. Una larga hilera de luciernagas a lo largo del monte. Una Santa Compaña aragonesa para una calurosa noche de ¡primavera!. El descenso a bloque hasta el Centro de Interpretación de la Naturaleza de los Galachos y de allí cogemos el camino que nos va a llevar al puente de la autovía. Antes, justo a medianoche, un gazpacho reparador a toda prisa, repasar neumáticos (hay que cambiar) y de nuevo a toda máquina a la orillica del Ebro. En el puente (01h) volvemos a parar, esta vez para tomar un montadito y UNA botella de agua. El paso luego se aligera y ya se hace más llevadero camino del puente del Tercer Milenio, al que llegamos a la o1.5o min. Es mucha la gente que vuelve de otro tipo de marcha y que nos mira asombrados. En el Parque del Agua, los cenefos, parece ser que acortamos, no estamos nada seguros ninguno de los que subscribimos. Eso sí, es curioso pasear de noche por este parque plagado de charcas y con un intenso y ensordecedor croar. Por el ruido debe haber ranas como rinocerontes.
Finalmente llegamos a Juslibol a las 02h 38 min, bueno Ernesto y Juancho un poco antes. Han sido unas 3 horas y 28 min de andada real para los 22 km. Ernestada. Huevos fritos, longaniza y jamón que sientan estupendamente y para casa, que mañana es día de escuela para todos, menos para Yuri. Dios lo quiere.
Calificaciones:
Calcetinada, excepto Fernando que está con el paseo.
Agradecimientos:
A Ernesto, por compartir una noche con nosotros.

Hasta la próxima, si Dios quiere.
Nota: Juslibol viene del grito de guerra cristiano ¡Deus lo vol!, Dios lo quiere.