FICHA TECNICA | |
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Fecha: | 29/01/2014 |
Distancia: | 17,37 km |
Dificultad: | Paseo con pechadica |
Tiempo Invertido: | 3h 35m |
Track en Wikiloc: | ver aquí |
El día de San Valero, amén de comer roscón, se acostumbra a
inaugurar la temporada cenefa con alguna andadica, no lejos de Zaragoza, que
nos alimente las ganas de abordar los kilómetros que nos esperan cada año.
Herrera de los Navarros y la subida a la ermita de Nuestra Señora de Herrera ha
sido la selección de este año. No era nada buena la predicción de Maldonado para
este mañana de santo patrón, así que los cenefos inauguradores (léase Raúl, Miguel, Rafa y Luis) asumimos que nos
íbamos a mojar. Hubo incluso, en el camino a Herrera, debate de nivel sobre
cuánto, pero tal y como nos aproximábamos al pueblo sobre las 8 h (hora en la
que Maldonado anunciaba el comienzo del aguacero) las expectativas mejoraron.
En la plaza dejamos el coche, nos pusimos botas, abrigos, etc.
y tiramos para arriba como aprovechando el pequep claro entre nubes que había
por entonces. Rafa, que no dejaba de tiritar, sale disparado espantando frío.
Es esta primera parte, el terreno es suave y vamos haciendo piernas. En breve
ya empieza una fina llovizna, nada molesta e intermitente. Conforme se va
progresando entramos en una zona de arbolado que nos alegra el paisaje y
amortiza la madrugada en este día de fiesta zaragozana. Sobre el kilómetro 6 es
cuando realmente comienza el ascenso, con una cuesta exigente y larga, la
pechadica del día. Cuando llegamos a la zona de tendido eléctrico, donde hay un
pequeño llano, aprovechamos para echar un trago y reponer aliento. El resto
hasta arriba es algo más ligero.
La zona de la ermita ofrece una hermosa panorámica, aunque
desafortunadamente lo nublado del día
no permite muchas alegrías. Por no hablar
del aguanieve que está cayendo al llegar a la cima. Por supuesto que para
entonces solo pensamos en vitaminalizarnos y mineralizarnos, así que procedimos
a meternos a cubierto en la torre y dar cuenta de viandas varias: carne,
pescado y algo de vegetal regado con Château Pantana, cuero mediante. Para
cuando recobramos la correcta salud mental que proporciona un buen almuerzo en
el monte, el aguanieve había devenido nieve y estaba claro que Maldonado no se
había equivocado del todo. Así que nos pusimos las capas y tiramos para abajo.
Enseguida la nevada empezó a ser considerable. Buenos copos
y con avaricia, lo que hacía el paisaje todavía más hermoso. Una auténtica
delicia esa caminata por la pista rodeados de pinos, encinas… y una capa blanca
y virgen que iba recogiendo nuestros pasos silenciosos. Creo que todos íbamos
así, en silencio, para disfrutar el paisaje y la hermosa sensación que nos
supone la nieve a los que solo la vemos muy de vez en cuando. Algún percance
hubo, como las dos caídas de Rafa, una de ellas con croqueta incluida, y la
pérdida momentánea de Raúl. Eso sí, conforme fuimos bajando y viendo que la
nevada en vez de a menos iba a más, empezamos a pensar cómo estaría el pueblo y
si tendríamos que comer en Herrara según la precariedad de la carretera.
Sin embargo cuando llegamos cerca de la zona del merendero
de Valdelafuén, ya vimos que en esa zona la nevada perdía fuerza y ganaba
terreno la lluvia. A nuestras espaldas se iba quedando, completamente envuelta
en una nube, la cima. Incluso tuvimos el momento de duda de la jornada cuando
al llegar a un cruce del barranco del regacho comprobamos que no se podía
seguir por el track que teníamos grabado (salvo que acabáramos mucho más
mojados de lo que ya íbamos). Optamos por un camino conservador y en poco
llegamos al pueblo. Nos cambiamos de ropa y reponemos fuerzas en El Coyote.
Allí sucumbimos a los encantos del camarero a sus tapas de diseño y su
aritmética de batalla.
Y tras todo esto, se da por inaugurada la temporada 2014. Se
admiten sugerencias para la próxima salida.