domingo, 25 de agosto de 2013

Camino de Ricla


FICHA TECNICA
 Fecha:   25/08/2013
 Distancia:   20.3 km  
 Dificultad:   Calcetinada 
 Tiempo Invertido:   sobre 5h 


Dejada de lado la subida al Moncayo que sigue a las fiestas, se montó una salida a Ricla subiendo previamente el monte que atraviesa el AVE. Con Juan Carlos, montamos un track sobre la marcha. Con eso y un poco de improvisación nos tiramos para Chodes a eso de las 7h.
Llegados a Chodes, se toma el camino de la cantera, el mismo que lleva a las paredes, si bien nos desviamos para tirar hacia el Aranda, primera dificultad del día. Y a fe, porque en esa zona el Aranda baja este año algo más crecido que de costumbre. Tiramos paralelos al río, hacia Arándiga con idea de subir hacia el monte en una zona de baja pendiente y crestear luego hacia la boca del túnel del AVE de la zona de Ricla.
A poco de cruzar la línea del AVE llegamos a una zona más ancha por la que cruzar el río con facilidad. En la otra orilla, perdemos algo el track inicial y tiramos por ribazos varios hasta retomar el camino asfaltado que lleva al túnel del AVE.
Cogido este seguimos hasta una granja, para tirar monte arriba hasta la cresta. Esta zona es de agreste, aunque se distingue una senda que seguimos para ir cresteando hasta la cima de las paredes del túnel, zona de buitreras. Es esta una zona preciosa que permite tener una hermosa panorámica de Morata, Chodes y Arándiga, destacando el peñasco que en su momento coronó el castillo de Chodes, ahora en ruinas. En una especie de vértice geodésico que hay en lo alto, almorzamos, esta vez de zona frugal confiando en que ya hemos pasado lo más complejo.
La bajada al río Jalón, puede hacerse por un camino desde la cima y tomar posteriormente el barrando de la Celada. Una de las zonas más curiosas y bonitas del camino. Llegamos así, directamente al puente (o algo parecido) que hay sobre el Jalón. Se coge un camino y llegamos a la construcción y zona de bombeo sobre la acequia de Michén. Con esta algo encharcado, el camino sobre la chopera es algo complejo. Recuperada la senda, que en algunas zonas está marcada, tiramos hacia Ricla por una hermosa zona. Llega un momento en que se confunde la senda por la cantidad de maleza que ha crecido este año. Y allí llegó nuestra confusión y también nuestra poca habilidad (todavía) con el GPS. Seguimos por una inexistente senda hasta un cortado de difícil avance.


No vamos a relatar lo que allí aconteció, ni las llamadas realizadas. El caso es que con consejos de alguno y algo de sentido común retrocedimos sobre nuestros pasos hasta que comprendimos que nos habíamos saltado el puente que nos lleva a la parte izquierda de la acequia donde sale un hermoso camino que discurre entre el río y la acequia. Huelga decir que con la cantidad de hierbas, cañas, etc. desde la otra orilla de la acequia es indistinguible el camino. Ya para entonces habíamos decidido que tirar hasta Morata nos supondría llegar bastante tarde… Y así fue, como gracias a Luis I, fuimos rescatados en la Planilla de la Almunia después de 20.3 km. Etapa fallida por una mala interpretación, justo en la zona que ya habíamos hecho anteriormente.
Hay días complejos sobre los que debería correrse un (es)túpido velo. Esta vez, el velo, lo corrimos como de costumbre en forma de jarra con torrezno...



viernes, 23 de agosto de 2013

Los siete magníficos: andada por Embid de la Ribera y Viver de la Sierra


FICHA TECNICA
 Fecha:   23/08/2013 
 Distancia:   18.2 km  
 Dificultad:   calcetinada
 Tiempo Invertido:   4h 04min


Concertada una salida express la tarde anterior, la 6.30 de la madrugada recibió a siete (magníficos?) dispuestos a compartir camino por Embid. Ya estuvimos cerca a principio de este verano cuando estuvimos en la Cocha. Esta vez tocaba ir al p unto geodésico de San Cristobal en Viver de la Sierra.
Llegados a las 7 a Embid, comenzamos a tirar para arriba, siguiendo el GR que lleva a Viver, y que es fácilmente distinguible, calle del Val arriba. Aun con todo se duda cuando el cemento muere si ese es el camino visto el tamaño de los hinojos que ocultan el camino. La subida inicial es algo dura, quizás por lo inmediato, por lo que conviene tomársela con algo de calma. Llegados a lo alto se obtiene una bonita vista de la Cocha y comenzamos a percibir un valle con un barranco al fondo y escarpadas laderas. Seguimos en esa zona, siempre marcas roji-blancas mediante, la que parece llamarse senda del rey. Es un precioso paseo por una senda marcada por un pequeño muro de piedra con una buena vista de esta agreste zona.
En breve se desciende para seguir la senda por el curso del barranco. Probablemente la zona peor, porque este año las lluvias han traído maleza y fauna en abundancia (léase zarzas y mosquitos, por ejemplo). Finalmente conectamos con una pista que nos ha de llevar a Viver. Ya debería verse a la izquierda esos molinos, ya típicos de esta zona. En este caso tuvimos una mañana de niebla que poco nos dejaba ver. Cuando ya distiguimos Viver tomamos un camino a la izquierda que nos sube al monte donde se sitúa el parque eólico. Y ya todo para arriba, sin pausa, alcanzamos la cima donde se localiza la cruz que parece dedicada a San Cristobal. La mañana más bien fresca, la niebla y sobre todo el viento, no aconseja extender mucho la visita, ni mucho menos almorzar en la zona, por lo que tiramos de nuevo para abajo.

Cerca del cruce, se apaña una mesa, se extiende mantel (esto es marca Luis I) y atacamos a lo que por delante se pone, incluidos los 3 litros de vino acarreados. Repuestos, volvemos a retomar camino, tirando para abajo, para llegar a Embid una cinco horas después de comenzar. Allí, reponemos algo de sales y decidimos seguir el refrigerio en el Albergue, como de costumbre.
Una bonita mañana, para un ruta recomendable, de aprox. 18.2 km, realizados en unas cuatro horas (solo contando tiempo en movimiento, a partir de ahí, lo que uno se quiera detener), con un desnivel acumulado de 800 m (aplíquese la miaja de error estándar). Podemos calificarla de calcetinada, que como ya sabe el cenefo está más allá del paseo, pero nada que ver con las pechadas, ni mucho menos con los inflones.


martes, 13 de agosto de 2013

Pietas y el músculo


FICHA TECNICA
 Fecha:   13/08/2013 
 Distancia:   23,2 km  
 Dificultad:   Fácil 
 Tiempo Invertido:   3 h 48 m (andando) 


El músculo tiene memoria. Les Luthiers añadirían algo de pimienta a semejante sentencia con su consabido “analicemos la frase…” Y a lo mejor daría para algo más que esta crónica de encuentros anunciados y deseados. Pero la metafísica es la antesala de un laberinto que no estamos dispuestos a explorar en este blog. Tocaba algo más sencillo: subir de Morata a Pietas, estirar algo la prefiesta y sacudir la acumulación de comida a deshora, bebida a todas horas y sueño por castigo que rebosa una fiesta cuando la añada acumula reserva o administra crianza.
Que sí, que nos fuimos a Pietas sobre las 7.30. Al final menos de los esperados: Fernando, Juancho y Luis (el otro, motoreando, aunque parece ser que poco). No es que sea una etapa especial. Sirve solo para reencontrarnos, que no es poco, y volver a comprobar que queremos seguir rodando. Saludos aparte, tiramos para El Frasno con paso vivo y conversación animada. Ya para entonces, se predijo que en la vuelta habría que acelerar para cumplir nuestra meta de a las 12h en Morata. Rompimos a sudar enseguida, al menos alguno, y llegamos a El Frasno casi sin enterarnos. Saludamos a gente conocida e incluso dejamos muestra de la cortesía cenefa allá donde ocasión tuvimos. Cortesía quizás poco comprendida, pero existente. Superado El Frasno tiramos para Pietas. Sin descanso y de tirón. No tardamos mucho en llegar a la famosa fuente en la que se puede degustar una fresca agua y unos jugosos mosquitos. Proteína e hidratación al cincuenta por ciento.



En breve, regreso. Aquí ya el músculo recupera memoria y atajamos tiempo con un trote cochinero aliviador de bajadas que algo mejora el promedio. Nuestro destino: los torreznos de El Frasno, que ya loamos tiempos ha. Sin embargo la decepción fue importante; llegados al bar Salón de la plaza, no había torreznos y poco (nada) era lo que podía aliviar nuestra gana de almorzar. Así que la parada fue más breve de lo normal.
Escarmentados, tiramos enseguida para abajo, de nuevo lobotizando músculo, para buscar en Morata lo que nos privó El Frasno. Así que antes del prometido mediodía llegamos al Albergue a reponer sales y dar cuenta de torreznos, salmueras o similares. Al final, como predijeron Luis I y Paco, fueron más de 20 km. Pero cumplimos en lo de llegar a la hora.
Qué mantenga fresca su memoria el músculo.



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