FICHA TECNICA | |
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Fecha: | 29/01/2018 |
Distancia: | 13,64 km |
Desnivel positivo: | 677 m |
Dificultad: | Fácil |
Tiempo Invertido: | 5h28m |
Cogido el gusto, volvemos en San Valero a
juntarnos cuatro cenefos para ir a Luesia a dar cuenta de una prometedora etapa
que habíamos visto en Chino-Chano (habrá que discutir sobre los matices y
diferencias con China Chana). Etapa que comenzaba en el pozo Pígalo del Arba en
Luesia. Desde allí nace una pista de la que inmediatamente deriva una senda que
tras idas y venidas asciende a Puy Fonguera y Puy Moné. Totalmente
recomendable, no solo por las sendas por las que se ascienden, que son
fantásticas y evocadoras de lo que es esta zona prepirenaica, sino, sobre todo,
por las fantásticas vistas que hay en lo alto de la sierra. En cualquiera de
los dos picos hay una maravillosa vista de los Pirineos, que hemos pillado
nevados como es normal en esta época, así como del Moncayo, que en la parte
sur, con su neblina alrededor y su porte majestuoso, y también coronado de
blanco, tenía un cierto aire fantasmagórico y de misterio. Hubo alguna duda
para subir, más fruto de una mala lectura del track de referencia que
llevábamos que de la señalización, que en general está bien. Arriba en Puy Moné
el tiempo era realmente maravilloso por lo que disfrutamos de un almuerzo en un
decorado inmejorable. Para recordar.
La bajada de nuevo al pozo se hace
inicialmente por la misma senda, hasta el cruce que está señalado como Puente
Celestino. De allí parte una senda de lujo, de las mejores que hemos recorrido
en muchos años. Como dijó Luis I, nos la llevamos puesta en la retina. Para
volver sin duda. También hubo algún escarceo de pérdida, pero fruto más de las
ganas de seguir disfrutando del paisaje que de otra cosa. Acabamos algo tarde,
aunque ya se avisó que a comer no se llegaba. Así que paradica en Luesia a
reponer sales y para casa que mañana se trabaja. Algunos.