La quedada pronta para que no se extienda la cosa más allá de lo que aconseja la prudencia. A las 7.15. Así que a las 8.00 estábamos ya en Farlete, admirando las nuevas prendas cenefas. Localizada la ermita de Ntra. Sra. de la Sabina, solo hay que seguir el camino que hay a sus pies y tirar para arriba. El paisaje: duro, agreste, monegrino. Hay que avanzar mucho para ver los pinos que nos promete el mapa, ya metidos en la Sierra de Alcubierre a la altura de la Torraza, sobre los 600. Sin embargo, luego cambia el paisaje ya en plena sierra. Más amable. Emprendes la subida a San Caprasio en un cruce de caminos en la Punteta de las Cerezas (sic), 691 m.
Está perfectamente indicado. Tras admirar el eficaz sistema de protección del acebo, seguimos adelante, serpenteando hasta llegar arriba a las 10 h. El paisaje desde la Ermita de San Caprasio (811 m) es una síntesis de esta tierra de contrastes: Monegros, Guara y los Pirineos blancos, preciosos al fondo. Almuerzo cuasi-reglamentario: algún bocadillo no cumplía las medidas (¡pequeñines, no gracias!) y otro, trastocado y frugal, que es zona de retiro (la falta de oxígeno y bocadillo en las alturas es mala, pero ni por esas rebla). En cualquier caso, todos bautizados por la bota (gracias J por el caldo). Visita a las cuevas del Robin Hood aragonés. 11h, emprendemos la vuelta. El camino ha dejado de estar helado y se ha convertido en un barrizal. Tras la discusión de rigor (siempre contenida y amigable) llegamos de nuevo al Santuario de partida. Tiempo total andando: 3h 50min. Fácil. Otras indicaciones: R ha tocado primero el coche. Vermú final de uniforme reglamentario (gracias J) y sablazo en el bar del pueblo. Hemos cumplido y a las 14 h estábamos en Zgz