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La hora de salida era las siete, el autobús desde Morata se quedó solo con el conductor. Uno a uno, todos los cenefos fueron excusando su presencia. El camarlengo, el único absuelto después de protagonizar su particular versión de "La matanza de Texas", el resto culparon al pino que ya no dará más sombra.
En LA me esperaba Alfonso, convertido por méritos propios en cenefo de facto. Juntos pasamos a recoger a Manolo "el bony", explendido atleta y no mejor guía de la zona, con quién dio gusto compartir mañana.
Nos dirigimos a Cosuenda, pueblo que pertenece a la comarca de Cariñena, situado en las faldas de la Sierra de Algairén, hábitat cenefo por excelencia.
Desde allí fuimos por un camino sin asfaltar, hasta el paraje conocido como "el Raso de la Cruz" dónde dejamos el coche y comprobamos en un cartel informativo, que desde allí nacen varios recorridos alternativos perfectamente señalizados. Se puede entre otros ir a La Nevera, a Valdemadera o al Mirador de la Falguera.
La caminata comenzó por un camino que transcurría entre carrascas. La sombra tan apreciada en estos días tan calurosos nos acompañó durante gran parte del camino. También tuvimos otros compañeros de viaje, estos si molestos, los mosquitos (ya lo decía yo!). Un kilómetro más tarde en lugar conocido como "el sitio del emparrado" tomamos la senda hacia La Nevera. Y que senda! Una sucesión de repechos de pendientes increibles, donde precisamos más de dos paradas para tomar el oxígeno faltante.
La nevera, o lo que de ella queda, es una edificación de mampostería que en tiempos estuvo cubierta con una cúpula y donde se distingue lo que fue su puerta de entrada.
Alcnzada La Nevera, donde inmortalizamos la ascensión, nos dirigimos hacia el pico de Valdemadera, en cuya cima abelrga un repetidor de televisión situadoa 1320 metros. Desde la cima pudimos contemplar una maravillosa vista de nuestra sierra. La Vicora, el Pico del Rayo, y a sus pies distinguimos Santa Cruz, Inogés y Codos. El esfuerzo mereció la pena.
La bajada la realizamos por el camino que desde el repetidor indicaba dirección a Aguarón, para reencontrarnos a mitad de bajada con la bella senda de ascensión.
Han sido 8,12 km en total con casi 600 metros de desnivel de subida.
En Cosuenda,para cumplir con el deber cenefo,ejecutamos el chicken-out: huevos fritos custodiados con la afamada longaniza del lugar.
Cenefos: apliquense! Tienen una deuda con esta senda!!
Calificación: paseo jodido, me faltaron dos horitas más.
PD: espero que la crónica quede a la altura de nuestro Camarlengo, a quien desde estas líneas le deseo una pronta recuperación.
Cenefos: el desafío esta cerca...
Extras:
Ruta gps wikiloc