sábado, 28 de diciembre de 2013

... y FIN...¡viva 2014!


FICHA TECNICA
 Fecha:   22/12/2013
 Distancia:   23 +8 (nochebuena) km  
 Dificultad:   Fácil 
 Tiempo Invertido:  4h (andando)


Y se acabó… o a punto estamos. Se nos muere 2013. El año en el que Mariano vio la luz (la vio algo más cara), el año en el que seguimos descubriendo la gran mentira, en el que por fin un argentino se hizo mundialmente famoso sin ser bota de oro, el año de Barcenas, de la infantita y su duque empalmado, el año en el murió Mandela, el del relaxing cup y eurovegas, el de las excarcelaciones de la vergüenza, el de la preguntita del sí o no o quizás... El año en el que millones de españoles seguían los lunes al sol y algunos miles, quizás los mejores, decían ¡hasta luego Lucas!... incluso ¡hasta siempre!. A lo mejor, el último año de este periodo en el que otros han escrito la historia por nosotros. Para los cenefos será el año del tres mil, el de la Cocha, el de una calcenada peculiar hasta Purujosa, el año de la cruz, de Gratal y el almuerzo interminable, de ese tour del Mont Blanc que algunos disfrutaron, de la cruz y las nuevas camisetas, de las jorgeadas de algunos de los nuestros, la nueva bota… Porque en estas idas y venidas, olvidamos que hay problemas y hablamos lo justo de todo para comprender que en las pequeñas cosas también condensa la felicidad. Y que si somos más pobres, al menos recibimos este salario emocional (¡manda güevos esto que se han inventado los mismos que han decidido axfisiarnos!) que nos compensa no solo de la fatiga, sino también de la ansiedad.
Nuestra tradición dice, que antes de que este telón se cierre y se abra el siguiente, nos homenajeemos con una andadica de mediopelo y una comida de órdago. Asín (pues sí, ¡que ya lo han aceptado!) que nos cogimos las mochilas y tiramos desde el puente del Tercer Milenio hasta Movera, en su mayor parte por lo que se conoce como anillo verde (norte) de Zaragoza. La cosa tiene poco que contar: 23 kilómetros llanos, con poco atractivo. Eso sí, con almuerzo, con bota y algo de güisqui y té de roca, amén de viandas diversas, algunas donadas por el Heraldo de Aragón vía Rafa. Hubo, como de costumbre, confusión, como el cruce del Gallego, que al final se hizo por la vía del tren, aunque de forma reglamentaria; y por supuesto ese trasiego paralelo al río desde Montañana, con el olor papelero impregnado.
Y al final… Movera, la Alberca, las nuevas camisetas (enormes gracias a Juancho, que siempre cumple), el brachiluro, la comidica, las jotas (insertaría una que nos quedó muy bien... si supiera cómo), los gin-tonics, las felicitaciones, los nuevos proyectos y todas esas cosas que nos siguen alimentando (algunos hasta acabaron en el furbo, ese deporte raro al que juega el Real Zaragoza). Porque de todo expuesto quizás algo se cumpla, seguro que más de un proyecto y será suficiente. Bastará chocar las manos después de muchos kilómetros duros para comprender que seguimos en la brecha, acumulando polvo y haciendo verdad lo que verdad nació: Si quieres ir rápido, camina solo, si quieres llegar lejos, camina en compañía.
Ah! También celebramos la tradición de subir en Nochebuena a la Sierra de Morata (8.4 km que añadir). Fue el día 24, obvio, y en esta coincidimos con alguno más como se observa en la foto. Deseamos feliz navidad al pueblo y para abajo. Que tocaba descansar.

De allá nos trajimos esta postal para desear un feliz y andarín año nuevo. Que el optimismo nos invada por fin. Feliz 2014 compañeros. Salud para todos (mejoría de rodilla incluida para Fernando) y el clásico acompañamiento: dinero y amor. Y el que tenga esas tres cosas....







Fotos de la salida

domingo, 15 de diciembre de 2013

PEÑA GRATAL Y EL BARRANCO DE SAN ANTÓN


FICHA TECNICA
 Fecha:   15/12/2013 
 Distancia:   17,63 km  
 Dificultad:   Paseo con pechadas
 Tiempo Invertido:   4 h 16 min (andando)


Peña Gratal. Las veces que la hemos visto, observando quieta el sinfín de domingueros que atacan Monrepós fin de semana sí, fin de semana también. Llevábamos unos días detrás de ella y hoy domingo ha sido el día. El pronóstico no era malo, aunque Zaragoza terminaba la noche con una espesa niebla y un frío propio de este tiempo. La quedada era sobre las 7 para intentar comenzar a andar poco más allá de las 8h. En el coche de Miguel, completamos los luises, Fernando y un muy soñoliento Raúl, una nueva expedición cenefa.
En el viaje fuimos teorizando sobre cuándo empezaríamos a ver algo. La niebla era más que intensa desde la misma salida, y poco a poco nos fuimos quedando sin referencias. Ya habíamos llegado a Huesca y la cosa más que menguar, arreciaba. Sin embargo, poco antes de terminar la autovía y llegar a Nueno, se abrió la boira como por arte de magia y allí estaba Gratal esperándonos. Llegamos al pantano de Arguís, aparcamos, nos ponemos las botas y para adelante.
La mañana es fría y buena parte del pantano presenta la superficie helada. Atravesada la presa, se observa la pista de la Calma Baja que es la que hay que seguir. Es zona de umbría y se algo de hielo por la pista, aunque poco para lo que estaría por llegar. Esta primera zona es fácil y de poca pendiente. Ya en ella pasamos por el barranco de San Antón, donde según Luis I se puede volver luego. Poco a poco entramos en calor, y llegamos a una bifurcación, que tomamos a la izquierda para comenzar a ascender. Comienza ya una zona más bonita, con más árboles, que enseguida acaba en un cortafuegos con un desnivel considerable. Optamos por coger una senda, marcada con mojones, a la derecha y que nos depara una preciosa subida, por una zona umbría con ya restos de nieve, poco pisada. Cuando ya llegamos a la zona de sol en lo alto del collado a cota 1400, empieza a sobrarnos ropa, y empezamos a disfrutar de lo hermoso del día. También para entonces se pueden distinguir a lo lejos los Pirineos, recortados en el horizonte, aunque todavía con poca nieve en sus cumbres. Es esa una zona sencilla y agradable y que, en poco, nos permite distinguir Peña Gratal. Impone desde lejos.

Hay que descender, un poco, para coger una senda que nos lleve a la cumbre. Y es la parte dura de la jornada. La senda merece la pena y si se toma con resignación nos lleva en breve hasta una cumbre fantástica que nos permite observar el Moncayo a lo lejos, algo de Riglos, por supuesto los Pirineos y un denso mar de nubes debajo del cual se supone Huesca y a lo lejos Zaragoza. En la cima llega el momento topchef del día. Ya nos espera Luis I con el mantel desplegado al pie de la cruz de Peña Gratal y en poco presentamos unas sardinas rancias de Luis I que aderezadas con unas piparras de Raúl están más allá de lo decente. Sumamos a eso mejillones, fuet, chorizo de Beratón (bravo, muy bravo), boquerones, olivas, queso manchego extra-fuerte, y algo más que se nos olvida y sirve para mojar las dos botas de vino que llevamos. Luis I insiste que no hay que bajar nada de peso (quiere decir que se reparta por igual y no en la mochila precisamente, porque otra cosa…) y nos anima a acabar ambas botas. Por un momento parece que así va a ser, pero llega un momento de saturación que nos lleva a la torta de postre. Ya vale para más de una hora de un almuerzo con un sol de bandera, con más de 15 grados y un estupendo paisaje. Todo un lujo.
Cuando estamos en las últimas ya van llegando los siguientes, así que poco a poco, recogemos, tiramos alguna foto y para abajo. El descenso es rápido, aunque el cortafuegos (conducción de gas) algo se atraganta. Sobre todo a Fernando que anda regular de la rodilla. Ya sabemos que no es Luis I amigo de volver por donde se ha venido, así que, antes de llegar al tajo cortafuego de la línea de gas, tiramos a la derecha para acercarnos a la zona de las calmas. Es esta una zona donde la nieve no ese ha ido y el suelo ya empieza a estar algo peligroso por lo que es conveniente extremar precaución. Nos paramos incluso en algún nevero reconstruido que están a orillas del camino.
Si se sigue, en un momento dado se observa el comienzo de una senda. Tiramos por ella. Bonita. Es en ésta, más o menos a mitad de senda, donde según el mapa comienza el famoso barranco de San Antón, donde deberíamos habernos desviado, aunque hay luego otra oportunidad una vez recuperada la pista. Sea como fuere, el caso es que no nos metimos en el barrando (que se las trae desde lejos) y seguimos pista para rodear San Antón y volver a conectar con el camino de ida. Con todas estas variantes hemos hecho algún kilómetro más de lo previsto, lo que nos hace llegar al final sobre las 14h. Damos por amortizado el vermú, aunque a fuerza de ser sinceros el almuerzo ha sido tal, que hasta la comida se podría amortizar. Una estupenda mañana de domingo en un entorno totalmente recomendable. Y salvo algún repecho, fácil de hacer.
Ya queda menos para el fin de año cenefo…


Fotos de la salida