domingo, 25 de octubre de 2009
AVZ: mandan mojones. Anillo Verde de Zaragoza (Del Puente de Santiago a la Prolongación Gómez Laguna)
El anillo verde de Zaragoza (AVZ) fue el elegido para seguir haciendo piernas por Zaragoza. Allá fuimos los cenefos, tras una quedada a las 7.30 en el puente de Santiago. Desde Delicias amaneció Fernando, desde la Puerta del Carmen Juancho y Rafa, y desde Salvador Allende, Luis. Encontrados en el puente, iniciamos la ruta con el Ebro como compañia.
El camino está marcado por mojones cada 100 metros, según la guía consultada (pero por los mojones) y además pronto coincidos con las indicaciones de la GR99 que comparte. Se pueden apreciar en su vía urbana maravillas de la arquitectura moderna como el azud Belloch y el embarcadero del Sena. Enseguida, dejadas las Fuentes y los restos de botellón nos adentramos en las zonas de sotos que jalonan el Ebro. El ritmo es vivo, muy vivo, recordando la ernestada que también se hizo al lado del Ebro. Sea por el ritmo o por lo pronto de la mañana, cualquier amago de polémica se cierra pronto, si bien Fernando nos deja alguna frase que merece reseñarse. Para la próxima calcenada de verano: "tonterias las justas". Queda dicho.
De vez en cuando se ven gallináceas varias (fochas, garzas...) que habitan estos sotos y nos alegran la vista. Este camino natural de la Alfranca es un terreno llano pero muy agradable de hacer. Enseguida llegamos a un cruce de caminos donde abandonamos la compañía del Ebro y tiramos para la Cartuja, tomando el desvio de la derecha.
En el pueblo corredora y confusión. Ya empiezan a escasear los mojones y sufrimos el despiste. Cruzado el pueblo, finalmente llegamos al puente que cruza la autovía que lleva al Burgo. Tiramos para arriba hacia el Canal Imperial. Ya la zona empieza a ser menos verde, sin mojones y con poco incentivo.
Cruzamos por el barranco de la muerte, con Rafa añorando el nuevo campo de fútbol, al que promete Juancho ir con bastones. De allá tiramos para los montes de Torrero, avisando esclusas y atentos a los comentarios de Juancho sobre la obra de Pignatelli. El ritmo no se ha aflojado en ningún momento y se impone un descanso para el chicken-in reglamentario: vino, bocata y fruta.
Tras este alto nos metemos en la zona Torrero-La Paz en una zona ya urbana, que nos ha de llevar a las lindes del Parque Grande. Antes contemplamos un hermoso chopo que queda inmortalizado en la foto que ilustra la crónica. Foto de autor (estamos desentrañando el mensaje, parece ser que lo importante es el camino, pero no estamos del todo seguros).
Poco a poco, las fuerzas en algunos van mermándose, mientras Juancho y Fernando se suben arriba. Llegados a Casablanca (véase en el albúm la Casa que le da nombre) cambiamos orilla del Canal y enseguida dejamos su compañía para buscar ya la zona urbana y las cervezas de rigor. Aun dudamos si completar el anillo, pero vemos que va a ser a costa del vermú y finalmente decidimos ir a las Delicias como final de fiesta. Además llevamos a Rafa con inflón. Fernando aconseja para tirrar de jarra y comestibles: pimientos, salmueras, patatas bravas... comida y bebida energética para reponer sales.
Ha sido una buena mañana en los alrededores de Zaragoza.
www.cenefos.es
sábado, 17 de octubre de 2009
Otra mañana de Pilares en Zaragoza. La Puebla de Alfindén-Alfajarín-La Alfranca-La Puebla.
más fotos...
Distancia recorrida: 20,16 kilómetros
Altitud min: 130 metros, max: 274 metros
Desnivel acum. subiendo: 610 metros, bajando: 598 metros
Tiempo efectivo: 3 horas 45 minutos
Tiempo total: 4 horas 43 minutos
Altitud min: 130 metros, max: 274 metros
Desnivel acum. subiendo: 610 metros, bajando: 598 metros
Tiempo efectivo: 3 horas 45 minutos
Tiempo total: 4 horas 43 minutos
Se van acabando las fiestas. Y seguimos calentando motores por los alrededores de Zaragoza. Había preparado Juancho una salida en torno a los galachos de la Alfranca para este fin de semana y a ella nos apuntamos los de casi siempre con sorpresas incluidas. Primero, cayó Luis I de la convocatoria, parece que por incompatibilidad con los horarios festivos, si bien las discrepancias con la bota y el vino cenefo puede haber tenido algo que ver. Segundo, recuperamos a Carlos, socio fundador que nos había abandonado durante un tiempo, sea por problemas físicos, sea por su renovada afición a las dos ruedas (léase motocicletas y no bicicletas). Con estas novedades amanecimos a las 7.20, hora de reagrupamiento, Juancho, Manu, Ana, Miguel Ángel, Carlos y Luis. El resto excusado o excusable.Para comenzar la etapa nos dirigimos primero a La Puebla de Alfindén, acompañados de una temperatura propia de estos meses o incluso de alguno venidero, y del cierzo.Chequeo al material (hoy hay pleno de indumentaria y GPS's) y repaso a las nuevas botas de Manu, para iniciar la andada por la cañada real de Barcelona camino de El Toro. Aquellos que hayan transitado por la carretera o autopista a/desde Barna, lo reconocen fácil: es el negro indultado de Osborne que preside el horizonte en lo alto de los montes blancos de la zona. En estos mismos nos adentramos. Paisaje duro, monegrino, donde los haya que han retratado ya nuestros cantautores y políticos con suerte dispar (juro que ha salido así, sin querer -me refiero a lo de disPAR-). Laberinto de caminos y sendas polvorientas, gozo de ciclistas y moteros, que nos van acercando al bicho. La estampa, arriba, es muy bonita. Con el sol del amanecer al fondo, el cielo inmaculado solo roto por el recuerdo de una España tan distinta, la de nuestros padres, que como dijo aquel no reconoce ya ni la madre que la parió. Fortunately. La estampa está de foto, pero la temperatura y el cierzo no. Así que aligerados de instantáneas, retomamos el polvo para dirigirnos a la Ermita de la Virgen de la Peña y las ruinas, se supone de un castillo, en Alfajarín. Una vez en ella, descendemos ya por el camino asfaltado que cruza por debajo de la carretera y nos lleva a Alfajarín pueblo por el que llaman barranco de la Virgen. Hay que atravesar el pueblo y ya bajar hacia el río que se adivina por el reguero arbolado del fondo.
El camino se nos hace ahora plano y monótono. Continuo de campos, acequias, alguna urbanización, corralizas, que nos va llevando hacia el río y la zona que perseguimos de los galachos. Bordeamos "las casa de los huertos" y "la torre bruil". En este tramo ya avisa Manu que sus pies reclaman atención. Aun con todo se aguanta hasta llegar a la orilla del Ebro, elegida para el chicken-in de rigor. Bota con rico vino argentino y refrigerio de apaño. En el repaso de pies, Manu ya lleva una rica ampolla que esperemos solo sea de las que habitualmente se incluyen en el precio de unas botas nuevas. Se remienda como se puede y continuamos camino, ya con el Ebro como compañero en todo momento. Una vez entrados a la reserva natural de los galachos de La Alfranca, el paisaje algo mejora, y el verde ya empieza a ser más habitual. No obstante, todos preocupados por el pie de Manu que no parece haber mejorado en exceso ni con el primer esparadrapo ni con el segundo intento con los parches de silicona. Incluso se baraja llamar a Luis I para recoger heridos. Valorado el cachondeo consiguiente, se decide seguir sufriendo y seguir hacia la finca de La Alfranca... hasta que la cosa ya no es sostenible. Seis kilometros antes del objetivo final (léase jarras de cervezas en La Puebla) se opta por dividir escuadrones y que una avanzadilla llegue a por uno de los coches. Elegidos Miguel, Carlos y Juancho para la misión, el resto continua hasta la Finca como fin de etapa. Allí comprobamos que no era una ampolla sino dos las que torturaban a Manu, una de ellas con bastante mala pinta. Raro que pudiera andar siquiera. La zona de la Finca, aunque solo de pasada, pudimos comprobar que tiene unas preciosas instalaciones. Al poco regresa Miguel con el coche para la recogida y llegamos, esta vez sí, al objetivo. Como ya es costumbre cenefa, jarras, brindis, un pequeño vermú, loas al encanto de los galachos de juslibol (no es un error), y algunas cosas más que dejamos intramuros y para casa, que son casi las 2 pm.
Muchas gracias a Juancho por la planificación y el vino.
Se acabó la temporada pilarista de este año. Salud para la próxima.
www.cenefos.es
El camino se nos hace ahora plano y monótono. Continuo de campos, acequias, alguna urbanización, corralizas, que nos va llevando hacia el río y la zona que perseguimos de los galachos. Bordeamos "las casa de los huertos" y "la torre bruil". En este tramo ya avisa Manu que sus pies reclaman atención. Aun con todo se aguanta hasta llegar a la orilla del Ebro, elegida para el chicken-in de rigor. Bota con rico vino argentino y refrigerio de apaño. En el repaso de pies, Manu ya lleva una rica ampolla que esperemos solo sea de las que habitualmente se incluyen en el precio de unas botas nuevas. Se remienda como se puede y continuamos camino, ya con el Ebro como compañero en todo momento. Una vez entrados a la reserva natural de los galachos de La Alfranca, el paisaje algo mejora, y el verde ya empieza a ser más habitual. No obstante, todos preocupados por el pie de Manu que no parece haber mejorado en exceso ni con el primer esparadrapo ni con el segundo intento con los parches de silicona. Incluso se baraja llamar a Luis I para recoger heridos. Valorado el cachondeo consiguiente, se decide seguir sufriendo y seguir hacia la finca de La Alfranca... hasta que la cosa ya no es sostenible. Seis kilometros antes del objetivo final (léase jarras de cervezas en La Puebla) se opta por dividir escuadrones y que una avanzadilla llegue a por uno de los coches. Elegidos Miguel, Carlos y Juancho para la misión, el resto continua hasta la Finca como fin de etapa. Allí comprobamos que no era una ampolla sino dos las que torturaban a Manu, una de ellas con bastante mala pinta. Raro que pudiera andar siquiera. La zona de la Finca, aunque solo de pasada, pudimos comprobar que tiene unas preciosas instalaciones. Al poco regresa Miguel con el coche para la recogida y llegamos, esta vez sí, al objetivo. Como ya es costumbre cenefa, jarras, brindis, un pequeño vermú, loas al encanto de los galachos de juslibol (no es un error), y algunas cosas más que dejamos intramuros y para casa, que son casi las 2 pm.
Muchas gracias a Juancho por la planificación y el vino.
Se acabó la temporada pilarista de este año. Salud para la próxima.
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sábado, 10 de octubre de 2009
Una mañana de pilares en Juslibol
Distancia recorrida: 16,38 kilómetros
Altitud min: 179 metros, max: 316 metros
Desnivel acum. subiendo: 502 metros, bajando: 517 metros
Tiempo efecivo: 3 horas 22 minutos
Tiempo total: 3 horas 46 minutos
mas fotos...Altitud min: 179 metros, max: 316 metros
Desnivel acum. subiendo: 502 metros, bajando: 517 metros
Tiempo efecivo: 3 horas 22 minutos
Tiempo total: 3 horas 46 minutos
Mañana de pilares. Para hacer piernas, Juancho nos ha organizado pequeñas salidas alrededor de nuestra ciudad de adopción, que hoy estrena sus fiestas. Para hoy, la selección es una ruta alrededor de los galachos de Juslibol.
Ya en la quedada, algunos, más jovenes, nos recuerdan lo que se cuece. La noche ha debido de ser dura. Para desoxigenar lo que no ha sido, quedamos a las 8 am en el pabellón de Juslibol: Ana, Juancho, Rafa, Miguel Ángel, Manu, Luis y el cenefo adoptivo, Luis I. Hacía arriba, como una premonición, encaramos la calle del Bar (literal) para retomar el camino que nos lleva, paralelo a los pinos, hacia las antenas. Lugar de descanso elegido por algunos para matar el sueño pilarista. Procurando no molestar hacemos unas fotos con Zaragoza en la distancia, y seguimos. Comienzan ya los primeros escarceos sobre lo idóneo o no de la tecnología cenefa. Alcanzamos el monte (cúmulo sulfatado) que domina los galachos y descansamos por unos instante para que Manu pueda reparar neumáticos. La ampolla ya es importante. Parece que la elección botas-plantillas-calcetines no ha sido la correcta y nos jura que las Notton van a dejar de importunar marchas cenefas por los siglos. Así sea, por su bien (el de Manu). Desde este montículo, se baraja alguna posibilidad de bajar a la orilla del río para llegar a Alfocea o bien continuar, como estaba planeado por el interior. Nos confiamos a nuestra tecnología.La zona, con algunos altibajos, tiene difícil catalogación. Para los profanos, secarral de la hostia. Alguna alambrada nos avisa de que los militares gustan de entrenarse por allá, si bien nos mantenemos en los límites. Divididos en dos grupos, con Manu, Ana y Luis en la cola, nos vamos acercando a Alfocea. Allá hay reagrupamiento, para tomar la carretera que nos conduce a Monzalbarba. Justo antes del puente hay unas indicaciones que señalan el camino paralelo al río y que llevan a los galachos de nuevo. Elegimos acortar la etapa inicialmente programada y tirar para allá.
Antes, refrigerio. Un chicken-in de alivio, con vino cenefo patrocinado por Rafa. Ya ha dejado dicho Luis I que a lo mejor Rafa entiende de vinos y que un poco mejor que otros días estaba. Hoy, sin embargo, el problema no era el vino sino la bota. Poca pitera. En fin, la competencia con la logística ciclista sigue complicada y habrá que cuidar hasta el último detalle para conseguir la certificación. Estamos en ello. Aliviados, retomamos el camino ya más agradable a la vista. Eso sí, los ciclistas están por todos lados. En todo momento está marcada la ruta (GR-99, si la memoria no falla). Manu sigue sufriendo y hubo que parar de nuevo. El pie derecho está cada vez más perjudicado.
Reagrupados en uno de los galachos, con la foto de rigor, tomamos ya la última parte de camino por la zona conocida de paseo en los galachos. Es ya la última parte del camino, que aligeramos para llegar antes de las doce al bar. Tinajo. Reminiscencia mejicana, que una vez dentro se convierte en tinaja, reminiscencia aragonesa. Jarras a discreción, chorizo y longaniza para celebrar la primera mañana de pilares. Planificamos la intendencia para el invierno y echamos una risas. Juan Carlos (al que mandamos un saludo) se nos suma vía telefónica, lo que deducimos por el parte del día que le trasmite Luis I: aquí estoy con los cenefos...
Ha sido un paseo (calificación por unanimidad) entretenido para hacer piernas y preparar pilares.
Felices fiestas compañeros.
Nota: parece que la próxima AZ (around Zaragoza) se proyecta para el 23-24. Anillo verde. Seguiremos en contacto.
Ya en la quedada, algunos, más jovenes, nos recuerdan lo que se cuece. La noche ha debido de ser dura. Para desoxigenar lo que no ha sido, quedamos a las 8 am en el pabellón de Juslibol: Ana, Juancho, Rafa, Miguel Ángel, Manu, Luis y el cenefo adoptivo, Luis I. Hacía arriba, como una premonición, encaramos la calle del Bar (literal) para retomar el camino que nos lleva, paralelo a los pinos, hacia las antenas. Lugar de descanso elegido por algunos para matar el sueño pilarista. Procurando no molestar hacemos unas fotos con Zaragoza en la distancia, y seguimos. Comienzan ya los primeros escarceos sobre lo idóneo o no de la tecnología cenefa. Alcanzamos el monte (cúmulo sulfatado) que domina los galachos y descansamos por unos instante para que Manu pueda reparar neumáticos. La ampolla ya es importante. Parece que la elección botas-plantillas-calcetines no ha sido la correcta y nos jura que las Notton van a dejar de importunar marchas cenefas por los siglos. Así sea, por su bien (el de Manu). Desde este montículo, se baraja alguna posibilidad de bajar a la orilla del río para llegar a Alfocea o bien continuar, como estaba planeado por el interior. Nos confiamos a nuestra tecnología.La zona, con algunos altibajos, tiene difícil catalogación. Para los profanos, secarral de la hostia. Alguna alambrada nos avisa de que los militares gustan de entrenarse por allá, si bien nos mantenemos en los límites. Divididos en dos grupos, con Manu, Ana y Luis en la cola, nos vamos acercando a Alfocea. Allá hay reagrupamiento, para tomar la carretera que nos conduce a Monzalbarba. Justo antes del puente hay unas indicaciones que señalan el camino paralelo al río y que llevan a los galachos de nuevo. Elegimos acortar la etapa inicialmente programada y tirar para allá.
Antes, refrigerio. Un chicken-in de alivio, con vino cenefo patrocinado por Rafa. Ya ha dejado dicho Luis I que a lo mejor Rafa entiende de vinos y que un poco mejor que otros días estaba. Hoy, sin embargo, el problema no era el vino sino la bota. Poca pitera. En fin, la competencia con la logística ciclista sigue complicada y habrá que cuidar hasta el último detalle para conseguir la certificación. Estamos en ello. Aliviados, retomamos el camino ya más agradable a la vista. Eso sí, los ciclistas están por todos lados. En todo momento está marcada la ruta (GR-99, si la memoria no falla). Manu sigue sufriendo y hubo que parar de nuevo. El pie derecho está cada vez más perjudicado.
Reagrupados en uno de los galachos, con la foto de rigor, tomamos ya la última parte de camino por la zona conocida de paseo en los galachos. Es ya la última parte del camino, que aligeramos para llegar antes de las doce al bar. Tinajo. Reminiscencia mejicana, que una vez dentro se convierte en tinaja, reminiscencia aragonesa. Jarras a discreción, chorizo y longaniza para celebrar la primera mañana de pilares. Planificamos la intendencia para el invierno y echamos una risas. Juan Carlos (al que mandamos un saludo) se nos suma vía telefónica, lo que deducimos por el parte del día que le trasmite Luis I: aquí estoy con los cenefos...
Ha sido un paseo (calificación por unanimidad) entretenido para hacer piernas y preparar pilares.
Felices fiestas compañeros.
Nota: parece que la próxima AZ (around Zaragoza) se proyecta para el 23-24. Anillo verde. Seguiremos en contacto.
domingo, 4 de octubre de 2009
La cabrera
Distancia recorrida: 16,81 kilómetros
Altitud min: 577 metros, max: 1.419 metros
Desnivel acum. subiendo: 990 metros, bajando: 980 metros
Grado de dificultad: Moderado
Tiempo efectivo: 3 joras 33 minutos
Tiempo total: 4 horas 50 minutos
fotos...Altitud min: 577 metros, max: 1.419 metros
Desnivel acum. subiendo: 990 metros, bajando: 980 metros
Grado de dificultad: Moderado
Tiempo efectivo: 3 joras 33 minutos
Tiempo total: 4 horas 50 minutos
La hora era las 7:30 en la plaza de Morata, y desde Zaragoza llegamos Fernando H., Yuri y este que narra. Allí nos esperaba Manu, con Lezcano y Miguel. Desde allí nos dirigimos al punto de encuentro con Juan Carlos Mesones, que nos hizo las veces de anfitrión, guía y viandero. Dejamos los coches en la salida dirección Borja que hay en Illueca, junto a uno de los negocios de venta de calzado economico que hay en dicha población.
Cruzamos la carretera, y junto al cementerio comezamos la andada, eran las 8:00 de una mañana despejada que había dejado su paso una luna casi llena que nos alumbro el camino desde Zaragoza. Tomamos el camino que partía junto al Campo Santo illuecano y comenzamos las primeras rampas con la vista a frente de la Cabrera que majestuojemnte se ergía ante nosotros.
Dejamos ese camino para atrevesando un almendral, encaminarnos a la boca del primer tramo de la senda que nos conducirá a la cima. Este primer tramo, es exigente, y en palabras de los ciclistas se trata de un pechugazo. El primer tramo de la senda muere en un refugio, donde las vistas son espectaculares, y anuncían que la panoramica de La Cabrera lo será todavía más. El grupo viene dividido, ya se sabe que subiendo cada cual a su ritmo, y para hacer tiempo a que Manu, terminse el primer tramo de la subida, Juan Carlos nos lleva por una pista forestal hasta la fuente de Valdejuen, nombre que también lleva el refugio anteriormente citado. Trago de agua fresca, una fotos y nos quedamos perplejos al leer el cartel que hay junto al caño de agua que reza "TIRAR BASURAS ES DE CERDOS", los aragoneses somos así, y es gran verdad y da mucha bronca ir por el monte y encontrar algún rastro de algún "desalmado porcino".
Deshacemos nuestros pasos para dirigirnos hacia el refugio, e iniciar desde allí la segund parte de la senda de ascensión. El segundo tramo de la senda, sigue siendo otro pechugazo, aunque esta vez más corto, y vuelve a morir otra vez en el camino forestal corta a modo de faja e improvisado cortafuegos el verde de la falda de la sierra. Aquí Juan Carlos, nos comunica que Manu ha decidido dejar viva la Cabrera para otra vez, y que realizara un recorrido alternativo, sin tocar cima. Moraleja "La Cabrera no sabe de cigarros". Ya el grupo más compacto, comenzamos la parte finla de la ascensión, y merendándonos a paso marcial los dos últimos tramos de la senda, llegamos a la cima en 1:50 de ascensión. Miguel nos asegura que el la sube en 1:10, nadie conociéndole y viéndole andar sospecharía que miente.
Desde arriba las vistas preciosas... Desde la cima hacia el Norte y NE, podemos observar los principales pueblos del Aranda, como Brea, Illueca, Gotor y Jarque que se dominan a la perfección. También muy cerca, el Moncayo aparece como hermano mayor, y más lejos, cuando el aire limpia la atmósfera, aparecen los lejanos y admirados Pirineos. Por el Oeste, otras cumbres de esta misma Sierra de la Virgen parecen competir por la altura: el Pico de la Ermita de la Virgen de la Sierra sin ir más lejos, con sus 1417 m. y entre el Collado de Valdeleños y el de la Cruz de Piedra, se alza una altura 6 m. mayor que la nuestra, pero sin tanta entidad, el punto más alto del Risco del Gato. Por el SE, nos saluda la Sierra de Vicort, con sus bolas y su Pico del Rayo y más al Sur las Sierras de Cubel, de Pardos y la de Armantes con sus Castillejos.
En la cima, nos hacemos fotos bajo el vértice geodésico, y decimos buscar, un sitio a refugio del aire para acometer el chicken-in que ya nos habíamos merecido. Cresteando, y antes de parar, nos encontramos con los "señores del monte", osea los cazadores, y malpensando que les vamos a fastidiar su día, dicutimos brevemente sobre si debemos pasar o no... aunque a mi discutir con alguien que tiene un rifle en la mano, no me seduce, a decir verdad, no le seduciría ni a nuestro gran polemista cenefo (Rafa). Cresteando por la sierra y escuchando de fondo alqun que otro disparo, encontramos un acomodo junto a unas roca para darnos un homenaje. La bota ciclista, con vino Ribera del Duero, agua fresca de la sierra, y por si nuestros bocadillos fueran poco, Juan Carlos a salud de la celebración de los "Ibarzos" del día anterior trajo embutidos para todos (creo que hasta para dos docenas de cazadores que nos merodeaban habría habido). La conversación-discusión del almuerzo estuvo patrocinada por las hijas (¿?) de nuestro querido Zapatero.
Una vez recuperadas fuerzas, nos dirigimos cresteando hacia la Peña Guzman, y desde allí comenzamos el descenso, para ello Juan Carlos, se encargó la semana anterior de señalizar un recorrido de bajada, no marcado ni indicado, que entre rocas, pinos, encinas y quejigos nos conducirá hasta una pista forestal. Junto a esta pista, se sitúa una joya botánica y de gran valor ecológico "el alcornocal de Sestrica". la pista acabará muriendo en un camino asfaltado que nos llevará a la carretera que nos separa de Illueca. Desde allí para llegar al punto departida tomamos un camino, y tras casi cinco horas terminamos la jornada.
Despues lo que toca, jarras de cerveza, esta vez con unas exquisitas salmueras en Illueca, foto y a Zaragoza... el ACAC casi se complica!!!!
Gracias a Juan Carlos, Miguel y Lezcano por compartir esta hermosa mañana del Veranillo de San Martín.
Los cenefos ausentes, tienen una deuda desde hoy con La Cabrera.
Salud!
www.cenefos.es
Cruzamos la carretera, y junto al cementerio comezamos la andada, eran las 8:00 de una mañana despejada que había dejado su paso una luna casi llena que nos alumbro el camino desde Zaragoza. Tomamos el camino que partía junto al Campo Santo illuecano y comenzamos las primeras rampas con la vista a frente de la Cabrera que majestuojemnte se ergía ante nosotros.
Dejamos ese camino para atrevesando un almendral, encaminarnos a la boca del primer tramo de la senda que nos conducirá a la cima. Este primer tramo, es exigente, y en palabras de los ciclistas se trata de un pechugazo. El primer tramo de la senda muere en un refugio, donde las vistas son espectaculares, y anuncían que la panoramica de La Cabrera lo será todavía más. El grupo viene dividido, ya se sabe que subiendo cada cual a su ritmo, y para hacer tiempo a que Manu, terminse el primer tramo de la subida, Juan Carlos nos lleva por una pista forestal hasta la fuente de Valdejuen, nombre que también lleva el refugio anteriormente citado. Trago de agua fresca, una fotos y nos quedamos perplejos al leer el cartel que hay junto al caño de agua que reza "TIRAR BASURAS ES DE CERDOS", los aragoneses somos así, y es gran verdad y da mucha bronca ir por el monte y encontrar algún rastro de algún "desalmado porcino".
Deshacemos nuestros pasos para dirigirnos hacia el refugio, e iniciar desde allí la segund parte de la senda de ascensión. El segundo tramo de la senda, sigue siendo otro pechugazo, aunque esta vez más corto, y vuelve a morir otra vez en el camino forestal corta a modo de faja e improvisado cortafuegos el verde de la falda de la sierra. Aquí Juan Carlos, nos comunica que Manu ha decidido dejar viva la Cabrera para otra vez, y que realizara un recorrido alternativo, sin tocar cima. Moraleja "La Cabrera no sabe de cigarros". Ya el grupo más compacto, comenzamos la parte finla de la ascensión, y merendándonos a paso marcial los dos últimos tramos de la senda, llegamos a la cima en 1:50 de ascensión. Miguel nos asegura que el la sube en 1:10, nadie conociéndole y viéndole andar sospecharía que miente.
Desde arriba las vistas preciosas... Desde la cima hacia el Norte y NE, podemos observar los principales pueblos del Aranda, como Brea, Illueca, Gotor y Jarque que se dominan a la perfección. También muy cerca, el Moncayo aparece como hermano mayor, y más lejos, cuando el aire limpia la atmósfera, aparecen los lejanos y admirados Pirineos. Por el Oeste, otras cumbres de esta misma Sierra de la Virgen parecen competir por la altura: el Pico de la Ermita de la Virgen de la Sierra sin ir más lejos, con sus 1417 m. y entre el Collado de Valdeleños y el de la Cruz de Piedra, se alza una altura 6 m. mayor que la nuestra, pero sin tanta entidad, el punto más alto del Risco del Gato. Por el SE, nos saluda la Sierra de Vicort, con sus bolas y su Pico del Rayo y más al Sur las Sierras de Cubel, de Pardos y la de Armantes con sus Castillejos.
En la cima, nos hacemos fotos bajo el vértice geodésico, y decimos buscar, un sitio a refugio del aire para acometer el chicken-in que ya nos habíamos merecido. Cresteando, y antes de parar, nos encontramos con los "señores del monte", osea los cazadores, y malpensando que les vamos a fastidiar su día, dicutimos brevemente sobre si debemos pasar o no... aunque a mi discutir con alguien que tiene un rifle en la mano, no me seduce, a decir verdad, no le seduciría ni a nuestro gran polemista cenefo (Rafa). Cresteando por la sierra y escuchando de fondo alqun que otro disparo, encontramos un acomodo junto a unas roca para darnos un homenaje. La bota ciclista, con vino Ribera del Duero, agua fresca de la sierra, y por si nuestros bocadillos fueran poco, Juan Carlos a salud de la celebración de los "Ibarzos" del día anterior trajo embutidos para todos (creo que hasta para dos docenas de cazadores que nos merodeaban habría habido). La conversación-discusión del almuerzo estuvo patrocinada por las hijas (¿?) de nuestro querido Zapatero.
Una vez recuperadas fuerzas, nos dirigimos cresteando hacia la Peña Guzman, y desde allí comenzamos el descenso, para ello Juan Carlos, se encargó la semana anterior de señalizar un recorrido de bajada, no marcado ni indicado, que entre rocas, pinos, encinas y quejigos nos conducirá hasta una pista forestal. Junto a esta pista, se sitúa una joya botánica y de gran valor ecológico "el alcornocal de Sestrica". la pista acabará muriendo en un camino asfaltado que nos llevará a la carretera que nos separa de Illueca. Desde allí para llegar al punto departida tomamos un camino, y tras casi cinco horas terminamos la jornada.
Despues lo que toca, jarras de cerveza, esta vez con unas exquisitas salmueras en Illueca, foto y a Zaragoza... el ACAC casi se complica!!!!
Gracias a Juan Carlos, Miguel y Lezcano por compartir esta hermosa mañana del Veranillo de San Martín.
Los cenefos ausentes, tienen una deuda desde hoy con La Cabrera.
Salud!
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