sábado, 30 de octubre de 2010

VOLVEMOS

Volvemos. El relajo, la pereza, los Pilares, la lesión del guía... Todo se acumuló para que hayamos dejado la sana costumbre de patear durante más tiempo del debido. No todos. Que algún cenefo se recorrió los 50 km de la Rebolada de tirón. Para sacudir este parón, Miguel Ángel seleccionó Jaulín, pueblo que nos pilla cerca y salvo aquel "Lost in Muel" no habíamos pateado. Estaba planeado que  Rafa, Juancho, Fernando, Miguel Ángel y Luis subiéramos allá, pero tras esperar lo suficiente, descubrimos que una vez más Rafa se nos caía.
El resto llegamos a Jaulín a eso de las 8.15 y comenzamos a andar, primero alrededor del pueblo y del JJJ, y luego ya por el camino del cementerio, salimos a campo abierto. A un ritmo vivo, y eso que Fernando iba con handicap. El paisaje monótono, trasquilado por el viento,  y con poco de monte, anima a la conversación y a hacer  piernas para afrontar este invierno.
Tras una zona de pinos, que sufrió un incendio no hace mucho, llegamos a una zona de pequeños chalecitos, escondida en el monte y que debió tener hace ya mucho tiempo algo de esplendor. Hoy queda más bien marchita. Está, eso sí, guardada por una colección de perros que en algún caso nos hace temer lo peor. Incluso echamos mano de los palos. Y nos acordamos del hacha. Fernando es así: o coge piedras o hachas para que se le haga algo dura la andada.
En breve pasamos la zona de chalecitos y llegamos de nuevo a pinar. Paramos a almorzar y recuperamos otra costumbre típica del otoño-invierno: la bota cenefa. Buen almuerzo regado con vino, y de nuevo a patear. Fernando en este caso pasa bota y hacha a Luis. Este último no necesita handicap para que se le atrangante un ritmo superior a 5.5 km. Y lo llevamos.
De nuevo, entre conversación y conversación vamos acercándonos a Jaulín. Aún pasamos alguna zona de pequeñas paredes donde están haciendo escalada algunos fieles. Y con tal vamos llegando al JJJ. Jarras y olivas, que no torreznos.
Y así, con estas, hemos vuelto al monte, al sendero, al tiento de bota y doma de jarra. Que ya se acabau el verano, cenefos.

viernes, 8 de octubre de 2010

Moratada 2010


¡Gracias Peña!. Un hermoso día y una bonita andada... Breve resumen para la Moratada 2010, una edición más de la fiesta senderista que organiza la Peña Ciclista de Morata: la Moratada o la fiesta de la cerveza. Como el año pasado los cenefos recibimos pertinente invitación. El año pasado por temas diversos no pudimos acercarnos y este año tampoco andábamos muy excelsos ni de efectivos ni de tiempo, pero allá fuimos Fernando y Luis.
El día prometía. Una predicción estupenda con una temperatura más propia de verano que de este joven otoño. Mucha gente, buena gente. Un recorrido apetecible con subida a la Sierra incluido. Y un final regado de cerveza, que para algunos nacía cercenado porque teníamos que regresar a Zaragoza (estrategia ACAC). En la salida, más de 30 andarines y algunos perros.  Foto de rigor y para adelante, camino de Mularroya.
Algo de descoordinación en la salida con el rebelde Chopo que sigue estupendo de forma y como siempre contracorriente: Pelotón barranco arriba y chopo por la carretera coincidimos allá por la cantera donde nos desviamos a la izquierda para coger el camino que nos ha de llevar a la zona de Mularroya. Cruzada la carretera iniciamos un ascenso por lo que nos han dejado de esta hermosa zona, que ya es poco y será menos.
Subidas y bajadas hasta llegar al río Grío. Allí en su cauce decidimos para a almorzar. Quizás aprovechemos que en unos años no faltará el agua en este lado del bypass. Acabado el chicken-in, tiramos para la zona de Peñarrasa desde la carretera que lleva a Santa Cruz. Una subida mantenida que nos lleva a una paridera. En esa zona descansamos y reagrupamos. Ya empiezan los primeros movimientos para decidir qué ruta hacer. Vertienete corta que nos lleva ya a Morata o ruta larga que pasa por el ascenso a la Sierra.
Seguimos todos juntos hasta la antigua (prehistórica) carretera, y allá un buen grupo se vuelve para Morata, mientras que unos cuantos continuamos para seguir hasta cerca de El Frasno y de allí cruzar para alcanzar la atalaya, fortaleza que alguna vez se nos ha escapado viva. Como se ve en la foto no es mucho más que una almena defensiva en un cerro con una buena perspectiva de todos los alrededores.
Algo quemados de la subida, nos vamos para la Sierra. La cosa no es muy dura, pero ya con los kilómetros, para algunos se nos hace pesados. Pero allá llegamos, muchos minutos después que los A de los PC. Reposamos, reponemos, y para abajo. En el descenso tenemos una baja inesperada. Trufo, el valiente perro que nos acompañó toda la andada se lesiona y hay que hacerle una cura de urgencia. Esperemos que se haya repuesto. Algo trastoca los planes, porque vamos llegando con cuentagotas. Así que las jarras hay que tomarlas rápido. Aun así, seguimos sin comprender cómo no han patentado la mezcla salmuera+jarra fría como reconstituyente.
Lamentablemente los cenefos nos tuvimos que ir. Allá quedaron el resto, disfrutando de un hermoso día y esperemos que así fuera y que otro año podamos extenderlo lo suficiente. Muchas gracias.
PD: El cronista pide perdón por su indolencia en colgar esta crónica. No ha habido manera esta semana.