viernes, 30 de agosto de 2019

AL MONCAYO LO QUE ES DEL MONCAYO


FICHA TECNICA
 Fecha:   24/08/2019 
 Distancia:   12 km  
 Desnivel positivo:   casi 1000 m  
 Dificultad:   Pechadica
 Tiempo Invertido:   4h (con almuerzo) 

Se rinde pleitesía a quien lo merece y sabe reconocer el valor de los que honran. Es por estas fechas de un ya maduro verano, cuando los cenefos miramos al noroeste y buscamos la mirada, algo lánguida, del rey Moncayo, para rendirle pleitesía de tú a tú y confiarle nuestros deseos de salud, amistad y camino durante un nuevo año.
Para este décimo aniversario de la primera subida cenefa nos conjuramos una más que notable hueste: once que bien pudieron ser doce (o trece), si el trabajo no le hubiera jugado una mala pasada a Paco A. (y por ende a Matucán). Seguimos fiel a la subida por Cueva de Ágreda, que nos permite una subida bonita, exigente y relativamente corta para completar el día con otros menesteres que aderecen, como merece, la jornada. A las 6.15 h en la Plaza Mayor estábamos Chema, Javi, José Mari (se estrenaba este año), Rafa, Alfredo y los Luises, para salir, primero camino de Nigüella y recoger a Miguel A. y Raúl, sección CSI que después de algún año de ausencia se apuntó a la fiesta. Tras sufrir la carretera hasta Beratón (¡qué zona tan hermosa desde Tierga hasta Beratón y qué pena de carretera!; aunque quizás cualquier arreglo mal concebido matara buena parte de su encanto), llegamos a Cueva sobre las  7.45 donde ya esperaban Ángel y Javier (y Chiqui), que se apuntaron este año al ascenso.
La subida, para quien no la conozca, totalmente recomendable. Preciosa zona inicial por un robledo acompañados por el ruido vital del agua del incipiente río que nace a los  pies del barranco del Colladillo. Como suele ser costumbre nos distribuimos por ritmos: Chema y Alfredo a lo suyo, un equipo intermedio y el pelotón de cola, que subió este año bastante bien ese barranco algo interminable que supone la única dificultad de la subida. Arriba este año un día realmente espectacular: nada de viento y una temperatura que animaba al almuerzo y a disfrutar de este hermoso monte, seco, duro, tenaz y acogedor pese a todo. En el almuerzo lo dimos todo. Piparras, chorizo, queso, mejillones… en fin, lo que suele ser costumbre, regado con una bota que, pese a las protestas, subió el guía supremo. Incluso puede decirse que se hizo corta la bota.
Tras reponer, una foto en la que por fin estuvimos todos bien atentos y concentrados en mirar a cámara (o al móvil). Inmortalizados, nos dispusimos a bajar a guiñarón o cornejal, según apuntó Ángel. En la bajada del barranco, de nuevo cada uno según su ritmo: sea trote, paso ligero o con precaución, que la bajada se las trae. Poco antes de las 12 ya estábamos haciendo los oportunos estiramientos de recuperación y celebrando que una vez más, y van diez, podamos seguir caminando juntos. Oportunas despedidas y algunos seguimos ya en el pueblo, con una degustación de tomates, piparras y pimientos a la plancha, unas migas de quitar el hipo (Chema Adrià se supera cada año) y unos excelentes vinos que trajo Alfredo. Aun llegó a tiempo Paco A. para esta cima culinaria que una vez superada completamos con los correspondientes gin-tonics o similares espirituosos. A eso de las 21h se acabó la jornada con la vista ya puesta en el próximo año. ¡Qué el Moncayo nos proteja, compañeros! Salud y camino. 

(Y con esta subidica al Moncayo, superamos los 4000 km oficiales... camiseta y estrella)



Fotos de la salida