domingo, 15 de noviembre de 2009

La Calcenada de otoño...

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más fotos...              Tiempo efectivo: 4 horas 16 minutos
Tiempo total: 5 horas 8 minutos
La primavera-otoño que el cambio climático o las tormentas solares nos está regalando esta año nos hacía presagiar un excelente día para la calcenada de 2009. Con este ánimo partimos los cenefos desde Zaragoza a eso de las indecentes 6.15 de la mañana.
En dos coches con Juancho, Rafa, Ana, Fernando, Juan Carlos y Luis llegamos a eso de las 7.45, recien amanecido, a Calcena. Bello paraje para aquellos que no lo conozcan en el corazón arandino. ¡Lástima de carretera!. Un poco de cola para conseguir los dorsales, y menos para un chocolate o moscatel mañanero. En la entretenida, avistamos a Miguel y Carlos que han venido desde Nigüella para hacer la marcha con nosotros. Como hay que esperar bastante decidimos comenzar y reagruparnos en San Cristobal. Así que a eso de las 8.35 comenzamos a andar.
El primer tramo es exigente. Dejamos a nuestra espalda Calcena por una senda que comienza cruzando el río por la misma zona de aparcamiento. A la derecha unas paredes blanqueadas por los buitres, y al frente el monte que hay que subir. Prolongada y exigente, pronto se destacan Rafa y Fernando. En cola, Ana va poco a poco mermando fuerzas, así que decidimos dividir un poco más el grupo. Se llega a San Cristobal tras un desnivel de 400 m que hay que tomar con calma para no desgastarse. Allá nos esperan unos bocadillos de longaniza y panceta que resucitan al más pintado. Tras una espera aparece Ana, cual si hubiera coronado el Tourmalet tras sietes puertos de primera. Un poema. Admiramos el paisaje con el Moncayo (o mejor la Lobera) al fondo, fotos, recuperación y para adelante.
Todo para abajo incialmente por una pista que animamos con conversaciones varias: proyectos, posibles comidas y una curiosa teoría de Juan Carlos sobre la aceptación del cambio. En el siguiente avituallamiento ya nos alcanzan Miguel y Carlos y ahora toda una ligera subida que vamos haciendo a paso vivo. Las piernas responden y el día está esplendido para disfrutar de la andada. Enseguida llegamos al siguiente punto con fruta varia y una, de nuevo, maravillosa panorámica de la zona del Moncayo en la que se avistan las primeras nieves. Estamos aproximadamente en el km 9.5.
A partir de ahí, un descenso más o menos acusado que refrigeramos con bocadillo de jamón y, algunos, con un caldito, para enseguida llegar a la zona de la carretera.
Dejamos aquí constancia del atajo tramposo de algunos cenefos que pasan a cabeza. Son curvas varias que nos llevan a nuestro destino ansiado desde el principio: el barril de cerveza que nos espera a las puertas de Calcena. Tres cañitas, algún fruto seco reponen las 4 horitas de andada que hemos disfrutado. De allí a entregar dorsales, recoger camisetas y al coche para prepararnos para la comida.
En este caso la comida ha bajado de calidad con respecto al año pasado. Acabamos en un pis pas y coincidimos con un conocido de la gasolina. Colega de la Almunia al que mandamos un abrazo. Como el tema familia achucha un poco, levantamos el campamento a eso de las 14.30 para ir a tomar café a Nigüella donde nos despedimos de Miguel y Carlos. A partir de aquí, Rafa y Juan Carlos para Zaragoza, y el resto un rato en Morata y de nuevo a Zgz. Feliz día y feliz adios a la temporada de andadas populares. Salud para el que viene, compañeros. En nuestro recuerdo, y también en el teléfono (que no se lo ha querido perder), nuestro cenefo adoptivo que ya se recupera de su intervención y en breve no dudamos que volverá a discutir la calidad de nuestra bota, el paladar de nuestro vino y las exigencias de nuestros recorridos. Que así sea.
Calificaciones: paseo con chincheta al principio.

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domingo, 25 de octubre de 2009

AVZ: mandan mojones. Anillo Verde de Zaragoza (Del Puente de Santiago a la Prolongación Gómez Laguna)

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más fotos...                    Tiempo efectivo: 3 horas 51 minutos
Tiempo total: 4 horas 24 minutos
El anillo verde de Zaragoza (AVZ) fue el elegido para seguir haciendo piernas por Zaragoza. Allá fuimos los cenefos, tras una quedada a las 7.30 en el puente de Santiago. Desde Delicias amaneció Fernando, desde la Puerta del Carmen Juancho y Rafa, y desde Salvador Allende, Luis. Encontrados en el puente, iniciamos la ruta con el Ebro como compañia.
El camino está marcado por mojones cada 100 metros, según la guía consultada (pero por los mojones) y además pronto coincidos con las indicaciones de la GR99 que comparte. Se pueden apreciar en su vía urbana maravillas de la arquitectura moderna como el azud Belloch y el embarcadero del Sena. Enseguida, dejadas las Fuentes y los restos de botellón nos adentramos en las zonas de sotos que jalonan el Ebro. El ritmo es vivo, muy vivo, recordando la ernestada que también se hizo al lado del Ebro. Sea por el ritmo o por lo pronto de la mañana, cualquier amago de polémica se cierra pronto, si bien Fernando nos deja alguna frase que merece reseñarse. Para la próxima calcenada de verano: "tonterias las justas". Queda dicho.
De vez en cuando se ven gallináceas varias (fochas, garzas...) que habitan estos sotos y nos alegran la vista. Este camino natural de la Alfranca es un terreno llano pero muy agradable de hacer. Enseguida llegamos a un cruce de caminos donde abandonamos la compañía del Ebro y tiramos para la Cartuja, tomando el desvio de la derecha.
En el pueblo corredora y confusión. Ya empiezan a escasear los mojones y sufrimos el despiste. Cruzado el pueblo, finalmente llegamos al puente que cruza la autovía que lleva al Burgo. Tiramos para arriba hacia el Canal Imperial. Ya la zona empieza a ser menos verde, sin mojones y con poco incentivo.
Cruzamos por el barranco de la muerte, con Rafa añorando el nuevo campo de fútbol, al que promete Juancho ir con bastones. De allá tiramos para los montes de Torrero, avisando esclusas y atentos a los comentarios de Juancho sobre la obra de Pignatelli. El ritmo no se ha aflojado en ningún momento y se impone un descanso para el chicken-in reglamentario: vino, bocata y fruta.
Tras este alto nos metemos en la zona Torrero-La Paz en una zona ya urbana, que nos ha de llevar a las lindes del Parque Grande. Antes contemplamos un hermoso chopo que queda inmortalizado en la foto que ilustra la crónica. Foto de autor (estamos desentrañando el mensaje, parece ser que lo importante es el camino, pero no estamos del todo seguros).
Poco a poco, las fuerzas en algunos van mermándose, mientras Juancho y Fernando se suben arriba. Llegados a Casablanca (véase en el albúm la Casa que le da nombre) cambiamos orilla del Canal y enseguida dejamos su compañía para buscar ya la zona urbana y las cervezas de rigor. Aun dudamos si completar el anillo, pero vemos que va a ser a costa del vermú y finalmente decidimos ir a las Delicias como final de fiesta. Además llevamos a Rafa con inflón. Fernando aconseja para tirrar de jarra y comestibles: pimientos, salmueras, patatas bravas... comida y bebida energética para reponer sales.
Ha sido una buena mañana en los alrededores de Zaragoza.

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sábado, 17 de octubre de 2009

Otra mañana de Pilares en Zaragoza. La Puebla de Alfindén-Alfajarín-La Alfranca-La Puebla.



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Distancia recorrida: 20,16 kilómetros
Altitud min: 130 metros, max: 274 metros
Desnivel acum. subiendo: 610 metros, bajando: 598 metros
Tiempo efectivo: 3 horas 45 minutos
Tiempo total: 4 horas 43 minutos

Se van acabando las fiestas. Y seguimos calentando motores por los alrededores de Zaragoza. Había preparado Juancho una salida en torno a los galachos de la Alfranca para este fin de semana y a ella nos apuntamos los de casi siempre con sorpresas incluidas. Primero, cayó Luis I de la convocatoria, parece que por incompatibilidad con los horarios festivos, si bien las discrepancias con la bota y el vino cenefo puede haber tenido algo que ver. Segundo, recuperamos a Carlos, socio fundador que nos había abandonado durante un tiempo, sea por problemas físicos, sea por su renovada afición a las dos ruedas (léase motocicletas y no bicicletas). Con estas novedades amanecimos a las 7.20, hora de reagrupamiento, Juancho, Manu, Ana, Miguel Ángel, Carlos y Luis. El resto excusado o excusable.Para comenzar la etapa nos dirigimos primero a La Puebla de Alfindén, acompañados de una temperatura propia de estos meses o incluso de alguno venidero, y del cierzo.Chequeo al material (hoy hay pleno de indumentaria y GPS's) y repaso a las nuevas botas de Manu, para iniciar la andada por la cañada real de Barcelona camino de El Toro. Aquellos que hayan transitado por la carretera o autopista a/desde Barna, lo reconocen fácil: es el negro indultado de Osborne que preside el horizonte en lo alto de los montes blancos de la zona. En estos mismos nos adentramos. Paisaje duro, monegrino, donde los haya que han retratado ya nuestros cantautores y políticos con suerte dispar (juro que ha salido así, sin querer -me refiero a lo de disPAR-). Laberinto de caminos y sendas polvorientas, gozo de ciclistas y moteros, que nos van acercando al bicho. La estampa, arriba, es muy bonita. Con el sol del amanecer al fondo, el cielo inmaculado solo roto por el recuerdo de una España tan distinta, la de nuestros padres, que como dijo aquel no reconoce ya ni la madre que la parió. Fortunately. La estampa está de foto, pero la temperatura y el cierzo no. Así que aligerados de instantáneas, retomamos el polvo para dirigirnos a la Ermita de la Virgen de la Peña y las ruinas, se supone de un castillo, en Alfajarín. Una vez en ella, descendemos ya por el camino asfaltado que cruza por debajo de la carretera y nos lleva a Alfajarín pueblo por el que llaman barranco de la Virgen. Hay que atravesar el pueblo y ya bajar hacia el río que se adivina por el reguero arbolado del fondo.
El camino se nos hace ahora plano y monótono. Continuo de campos, acequias, alguna urbanización, corralizas, que nos va llevando hacia el río y la zona que perseguimos de los galachos. Bordeamos "las casa de los huertos" y "la torre bruil". En este tramo ya avisa Manu que sus pies reclaman atención. Aun con todo se aguanta hasta llegar a la orilla del Ebro, elegida para el chicken-in de rigor. Bota con rico vino argentino y refrigerio de apaño. En el repaso de pies, Manu ya lleva una rica ampolla que esperemos solo sea de las que habitualmente se incluyen en el precio de unas botas nuevas. Se remienda como se puede y continuamos camino, ya con el Ebro como compañero en todo momento. Una vez entrados a la reserva natural de los galachos de La Alfranca, el paisaje algo mejora, y el verde ya empieza a ser más habitual. No obstante, todos preocupados por el pie de Manu que no parece haber mejorado en exceso ni con el primer esparadrapo ni con el segundo intento con los parches de silicona. Incluso se baraja llamar a Luis I para recoger heridos. Valorado el cachondeo consiguiente, se decide seguir sufriendo y seguir hacia la finca de La Alfranca... hasta que la cosa ya no es sostenible. Seis kilometros antes del objetivo final (léase jarras de cervezas en La Puebla) se opta por dividir escuadrones y que una avanzadilla llegue a por uno de los coches. Elegidos Miguel, Carlos y Juancho para la misión, el resto continua hasta la Finca como fin de etapa. Allí comprobamos que no era una ampolla sino dos las que torturaban a Manu, una de ellas con bastante mala pinta. Raro que pudiera andar siquiera. La zona de la Finca, aunque solo de pasada, pudimos comprobar que tiene unas preciosas instalaciones. Al poco regresa Miguel con el coche para la recogida y llegamos, esta vez sí, al objetivo. Como ya es costumbre cenefa, jarras, brindis, un pequeño vermú, loas al encanto de los galachos de juslibol (no es un error), y algunas cosas más que dejamos intramuros y para casa, que son casi las 2 pm.
Muchas gracias a Juancho por la planificación y el vino.
Se acabó la temporada pilarista de este año. Salud para la próxima.

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sábado, 10 de octubre de 2009

Una mañana de pilares en Juslibol

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Distancia recorrida: 16,38 kilómetros
Altitud min: 179 metros, max: 316 metros
Desnivel acum. subiendo: 502 metros, bajando: 517 metros
Tiempo efecivo: 3 horas 22 minutos
Tiempo total: 3 horas 46 minutos

mas fotos...
Mañana de pilares. Para hacer piernas, Juancho nos ha organizado pequeñas salidas alrededor de nuestra ciudad de adopción, que hoy estrena sus fiestas. Para hoy, la selección es una ruta alrededor de los galachos de Juslibol.
Ya en la quedada, algunos, más jovenes, nos recuerdan lo que se cuece. La noche ha debido de ser dura. Para desoxigenar lo que no ha sido, quedamos a las 8 am en el pabellón de Juslibol: Ana, Juancho, Rafa, Miguel Ángel, Manu, Luis y el cenefo adoptivo, Luis I. Hacía arriba, como una premonición, encaramos la calle del Bar (literal) para retomar el camino que nos lleva, paralelo a los pinos, hacia las antenas. Lugar de descanso elegido por algunos para matar el sueño pilarista. Procurando no molestar hacemos unas fotos con Zaragoza en la distancia, y seguimos. Comienzan ya los primeros escarceos sobre lo idóneo o no de la tecnología cenefa. Alcanzamos el monte (cúmulo sulfatado) que domina los galachos y descansamos por unos instante para que Manu pueda reparar neumáticos. La ampolla ya es importante. Parece que la elección botas-plantillas-calcetines no ha sido la correcta y nos jura que las Notton van a dejar de importunar marchas cenefas por los siglos. Así sea, por su bien (el de Manu). Desde este montículo, se baraja alguna posibilidad de bajar a la orilla del río para llegar a Alfocea o bien continuar, como estaba planeado por el interior. Nos confiamos a nuestra tecnología.La zona, con algunos altibajos, tiene difícil catalogación. Para los profanos, secarral de la hostia. Alguna alambrada nos avisa de que los militares gustan de entrenarse por allá, si bien nos mantenemos en los límites. Divididos en dos grupos, con Manu, Ana y Luis en la cola, nos vamos acercando a Alfocea. Allá hay reagrupamiento, para tomar la carretera que nos conduce a Monzalbarba. Justo antes del puente hay unas indicaciones que señalan el camino paralelo al río y que llevan a los galachos de nuevo. Elegimos acortar la etapa inicialmente programada y tirar para allá.
Antes, refrigerio. Un chicken-in de alivio, con vino cenefo patrocinado por Rafa. Ya ha dejado dicho Luis I que a lo mejor Rafa entiende de vinos y que un poco mejor que otros días estaba. Hoy, sin embargo, el problema no era el vino sino la bota. Poca pitera. En fin, la competencia con la logística ciclista sigue complicada y habrá que cuidar hasta el último detalle para conseguir la certificación. Estamos en ello. Aliviados, retomamos el camino ya más agradable a la vista. Eso sí, los ciclistas están por todos lados. En todo momento está marcada la ruta (GR-99, si la memoria no falla). Manu sigue sufriendo y hubo que parar de nuevo. El pie derecho está cada vez más perjudicado.
Reagrupados en uno de los galachos, con la foto de rigor, tomamos ya la última parte de camino por la zona conocida de paseo en los galachos. Es ya la última parte del camino, que aligeramos para llegar antes de las doce al bar. Tinajo. Reminiscencia mejicana, que una vez dentro se convierte en tinaja, reminiscencia aragonesa. Jarras a discreción, chorizo y longaniza para celebrar la primera mañana de pilares. Planificamos la intendencia para el invierno y echamos una risas. Juan Carlos (al que mandamos un saludo) se nos suma vía telefónica, lo que deducimos por el parte del día que le trasmite Luis I: aquí estoy con los cenefos...
Ha sido un paseo (calificación por unanimidad) entretenido para hacer piernas y preparar pilares.
Felices fiestas compañeros.
Nota: parece que la próxima AZ (around Zaragoza) se proyecta para el 23-24. Anillo verde. Seguiremos en contacto.