sábado, 19 de abril de 2014

ALCORNOCAL DE SESTRICA: ... y si no hay mojones, se ponen.


FICHA TECNICA
 Fecha:   17/04/2014 
 Distancia:   7,7 km  
 Dificultad:   Moderado 
 Tiempo Invertido:   4h0m 



Habíamos oído hablar del alcornocal de Sestrica como un precioso y curioso paisaje que merece la pena patear. Así que aprovechamos por fin la cita oficial del Jueves Santo para ir a visitarlo. Contábamos además con Luis I y Paco B. como guías, aunque habíamos descargado el track que ya Luis I dejó en Wikiloc. Y a fe que conviene ir precavido por este paraje agreste, denso en arbolado, salpicado de musgo y con una senda poco o nada marcada conforme se va ganando altura. Sin guía o GPS es fácil desorientarse, aunque el paraje no tenga excesiva extensión.
Fuimos allá los guías mencionados más Miguel, Fernando y Luis. Juancho ya avisó de su posible ausencia algo más allá de medianoche. Subimos a Sestrica y seguimos el camino que nos marca Luis I, aunque tuvo algún que otro despiste y finalmente salimos de un pequeño descansillo del Camino de la Veracruz. En fin… ¡que nos hemos equivocado!
La mañana promete, y con la ropa justa, cogemos mochilas y tiramos para arriba. Al principio la senda es fácilmente visible, por una zona inicial de carrasca, con abundante jara y alguna que otra orquídea, según nos ilustra Paco. La marcha es buena, y siempre dejando a nuestra derecha el barranco, zona que tenemos como referencia y que debemos evitar por lo impracticable. Cuando se llega a cota 920 hay que girar a la derecha y mantenerse en esa cota, casi hasta el barranco donde se gira a izquierda y de nuevo se asciende. Durante la caminata vamos dejando atrás
alcornoques con su tronco pelado y algún que otro trozo del corcho que se ha quedado olvidado. Algunos ejemplares son realmente notables, o al menos para nosotros poco habituados a estos árboles. No faltan tampoco algunos robles, amén de las diversas variedades de pinos que se amontonan en esta zona. Pasamos también algún pedregal para seguir ganando cota e ir acercándonos
a la Peña de Guzmán que se adivina a nuestra derecha. Toda esta caminata se hace a paso lento y buscando siempre mojones, o si no, construyéndolos para el siguiente andarín. También ayuda el GPS, que nos tranquiliza y nos hace ver que no nos desviamos mucho de la ruta. Aun así llega un momento que nos despistamos y tenemos que avanzar a ritmo todavía más lento para ir acercándonos de nuevo a la ruta, ya por encima de cota 1000. Ya por entonces empezamos a ver la cima. Queda una buena ascensión que vamos sorteando poco a poco hasta arriba. Por entonces ya hemos salido de la zona boscosa y disfrutamos de una hermosa visión de Illueca y las sierras que le rodean. Mejora todavía la visión cuando llegamos a la cima y se suma la zona de Armantes, Torralba, etc.
El almuerzo es reglamentario. Cinco personas, dos botas. Cumplido el primer axioma, disponemos de sardinas, chorizo, caballa, calamares, queso y hasta torto para rematar una hermosa ascensión con un mejor refrigerio. Lo que es de ley.


La bajada es ya por una zona más convencional y directa, salvando una primera zona pedregosa muy bien marcada (¡se lo han currado!), que conecta con una pista y un posterior sendero, siempre marcado, que nos regala una buena vista del alcornocal por cuyo corazón hemos avanzado. Y así, llegamos al final, ya acosados por los mosquitos en una calurosa mañana. Por cierto, que solo han pasado tres días, pero ya Luis I empieza a coger ritmo.


Quedó tiempo para rematar en Morata con un estupendo vermú. Buena andada en una de las mejores zonas de la rodeada. Totalmente recomendable, y recordad que hay que seguir los mojones... y si no hay mojones, se ponen. Eso sí, que no quede más recuerdo de vuestra andada que los mojones puestos y vuestra mirada de respeto a una pisaje pintoresco.


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