viernes, 19 de abril de 2013

Y el vino, ¡¡Ibérico!!


FICHA TECNICA
 Fecha:   14/04/2013 
 Distancia:   15,01 km  
 Dificultad:   Fácil 
 Tiempo Invertido:   3h44m 
Cuantas veces nos obsesionamos buscando en lugares remotos o populares rutas dignas de nuestras botas y cuantas veces también en ese levantar la vista se nos escapan paisajes cercanos y de belleza comparable o superior a la de los idealizados.
Este fue el caso de una ruta que hicimos el domingo día 14 de abril por la cercana Sierra del Espigar, en las inmediaciones de la localidad de Codos.
Bonita sierra, continuación de la Sierra de Vicort y paralela a la Sierra de Algairén, minada de pinos y con un resplandeciente verde resultado de un marzo rico en lluvias.
Para allí partimos tres aguerridos Cenefos: Raúl, Fernando y Miguel. Miguel y Raúl salieron de Nigüella temprano mientras Fernando esperaba en la plaza de Morata a las 7:15h con el pan recién hecho de "Los Pelos". De allí salimos hacia el punto de partida, pasada la localidad de Codos y alrededor del kilómetro 24 de la carretera que une las localidades de Codos y Miedes.

Aunque la mañana estaba fresca, se pronosticaba una temperatura bastante alta a lo largo de la mañana y damos fe de que esta vez los pronósticos no fallaron.
El camino inicial escogido nos propina sin compasión unas buenas rampas ascendentes que terminan por despertarnos del todo. Así que ganamos altura rápidamente y llegamos a una zona por la cual el camino transcurre sin ganar ni perder altura durante muchos metros.
Llegamos hasta el llamado Camino de los Contrabandistas. Nos imaginamos por estos lares a los fuera de la ley llevando aceite, harina, tabaco, pan, embutidos, jamones y quesos  de estraperlo; malos tiempos aquellos en que hasta los productos más imprescindibles debían ser portados clandestinamente bajo la protección del monte y de la oscura noche.
El camino nos sitúa con suavidad a los pies de una rampa tan prolongada como empinada que abre huecos importantes entre los Cenefos, con Fernando siempre a la cabeza.
Miguel mira el GPS y propone salirse del camino para atacar directamente monte a través al primero de los picos que habíamos de ascender. Dicho y hecho, nos dirigimos ladera arriba inmersos en un espectacular pinar, no muy tupido afortunadamente, blando de suelo y rico de color.
Así llegamos en un "pis pas" a nuestro primer objetivo, El Alto de los Tres Mojones (1.233m). Linde de las localidades de Codos, Miedes y Ruesca, de ahí el nombre de tres mojones, suponemos. Desde aquí, disfrutamos de la vista apenas unos minutos antes de proseguir nuestro camino.
Unos pocos metros más adelante nos espera el otro hito a conseguir en este día, El Mojón Alto (1.279m). Alcanzado éste y refugiados del viento decidimos hacer parada y fonda para cumplir con el ritual Cenefo del almuerzo compartido, esta vez con pan del día, todo un lujo.
¡¡Como somos los Cenefos!! Cuando se trata de calidad, no hay quien nos gane. Si hay que traer buen vino, pues nada de Ribera del Duero, ni Rioja, ni Cariñena, ...; el vino como el buen embutido,  IBERICO. Fernando nos obsequia con una botella de vino de la última cosecha de su tonel, vino que al deslizarse por nuestras gargantas hace que se nos pongan en tensión todos los músculos del cuerpo y los pelos de punta. Temblando la botella, coincidimos en lo grato de la situación: vistas, verdor, temperatura, vino, ...; y haciéndonos los remolones estirábamos el almuerzo cuando Luis nos llama y comparte conversación con nosotros prometiendo contarnos, en forma de crónica, lo que sucedió en la andada que realizó el día anterior con los de la PC (ahora hermanos nuestros).
No sin pereza, comenzamos el vertiginoso descenso hasta el Collado del Portijuelo, donde efectuamos un corte "a cuchillo" para buscar el camino de vuelta. Nos metemos de nuevo en el pinar que queda a nuestra derecha y andamos unos 200m por un terreno más complicado que el anterior escorce, pues en este caso hay más pinos caídos y ramas entorpeciendo nuestro avance. No obstante el tramo es corto y no nos cuesta mucho alcanzar el camino que habíamos de coger para retornar a nuestro punto de partida.
El camino ahora discurre con suavidad entre verdes pinares y pedregosos barrancos de manera que enseguida llegamos al camino principal de donde habíamos salido y ahora con más velocidad descendemos las rampas que tan duras nos parecían al principio de la mañana.
Terminada la ruta, de todos es bien sabido que a los Cenefos nos gusta conocer tierras nuevas pero también a sus gentes, por lo que siempre que podemos tratamos de visitar el pueblo y sus establecimientos de restauración, fundamentalmente bares y tabernas. De ahí que esta vez acudiésemos al bar de la localidad de Codos para disfrutar de unas jarras bien frías, pues el calor del día las reclamaba.
Finalmente 15km en una sierra de obligada exploración, para todo aquel que todavía no la conozca y siga pensando que el paisaje cercano no le puede sorprender. Fantástica excursión la que nos preparó Fernando para este día, ¡¡Enhorabuena!!





Fotos de la salida

2 comentarios:

  1. Estupenda crónica y mejor andada. Habrá que repetirla. Veo que había un cuarto cenefo de cuatro patas.
    Si no nos vemos antes.... buena Jorgeada para FErnando. No nos vale ningún puesto del 2º para abajo.

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  2. Gracias luis se hará lo que se pueda, ya sabes que los cenefos salimos para disfrutar, no a competir.

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