FICHA TECNICA | |
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Fecha: | verano 2020 |
Distancia: | aprox. 116.3 km |
Desnivel positivo: | justo para disfrutar |
Dificultad: | de todo un poco |
Tiempo Invertido: | mucho pero bien aprovechado |
El
ciclo de marchas senderistas verano-2020 ha llegado a su fin con la sensación
de haber contribuido a dar a conocer las rutas senderistas de Morata de Jalón y
aliviar, algo al menos, un verano contaminado por la incertidumbre y la
fragilidad. Y de paso apreciar aún más la tierra que pisamos y el paisaje del
que formamos parte.
Se
comenzó a finales de junio (sábado 27) con un excelente pleno de participación para
dar cuenta de una circular a Peña Rasa que transcurre íntegra por caminos
agrícolas y en la que se disfrutó de un monte espléndido por entonces todavía
rico en agua y con ribazos plenos de un hipérico que tanto alivia nuestros pies
y nuestro ánimo.
Fue un aperitivo suave para afrontar al sábado siguiente, 4 de
julio, una de las rutas estrella de Morata: la subida a Jabacín y desde su
paridera, en una zona yesífera, bajada espectacular al meandro que el Jalón
adorna entre las paredes que dan fama a esta zona y deleitan a escaladores
(ruta 4 del mapa senderista de Morata de Jalón). Hasta se pudo disfrutar del
improvisado bar truck que a orilla del río pone su nota de color, antes
de pasar por el fantástico arco natural de la Peña Agujereada.
El
sábado 11 de julio se afrontó una sencilla circular por la sierra de Valdoña y
el barranco Villota (ruta 7). Era la primera de las varias veces que se pasaría
por la hoya San, paraje sencillo pero de especial belleza por sus zumaqueras y
la rica sombra que regala. Quedó en esa ruta la magnífica impresión del mirador
(marcado el desvío con una tablilla) desde donde se puede admirar el abandonado
pueblo de Villanueva, situado en un enclave tan duro como espectacular.
El
18 de julio se ascendió a la Peña San Juan, esa joyita que se conoce como el
Sillón del Rey. Preciosa y corta circular que combina pista, senda, monte a
través y hasta una modesta, pero útil, vía ferrata. Todo sencillo y
relativamente accesible para admirar una de las mejores vistas del pueblo.
Imprescindible.
En
la siguiente etapa, 25 de julio llegó la baja de Luis, alma máter de estas andadas,
justo cuando tocaba la etapa más larga: la vuelta a Los Cerrillos (ruta 3). Una
pequeña “calcetinada” de poco más de 20 km, que apuró más por el calor que por
su dificultad. Se subió a La Atalaya, y desde allí se inicia un magnífico “cresteo”
por el monte que separa los términos de Morata y El Frasno. El apoyo de
Protección Civil con su coche de apoyo para traer agua y ánimos, fue
fundamental para afrontar el regreso bajo un sofocante calor.
Agosto
se inició con la subida al pico Tordello por la ruta 2 del mapa senderista: una
alternativa a la tradicional subida a la sierra. Ruta que permite admirar la
Sierra de Valdoña, volver a disfrutar de la hoya San y encarar una subida
exigente, pero de excelentes vistas que compensan todo el esfuerzo realizado. Esfuerzo
que alivió Protección Civil con su cobertura, tras volver a pasar por La Atalaya.
El 8
de agosto se volvió a Jabacín, para ascender en este caso al pico donde se
localiza el vértice geodésico y que permite admirar todo el entorno del meandro
del Jalón y las Torcas, aunque la vista puede llegar más allá: Sierra de la
Virgen, Vicor, Moncayo… Se pasó también por la Cueva de Las Grajas y el entorno
de la Pared Perdida, paraje poco accesible y bastante desconocido.
Tras
descansar el fin de semana de las no-fiestas, el 22 de agosto se volvió a la
carga con una caminata sencilla que enlaza Morata con la vecina Purroy, de
nuevo a través de la sierra de Valdoña, con vuelta a través de Villanueva y
Chodes.
Y como colofón, se eligió una marcha (ruta 8 del mapa senderista de Morata, pendiente de señalizar) por un paraje poco visitado: Valdargar. En el límite con Santa Cruz de Grío y Alpartir, se localiza esta zona que se encaró por el barranco del Valdejudios y que lleva a un monte de carrascas donde se esconde una antigua mina de plata. Precioso paraje por el que se asciende al término de Alpartir y a la Butrera. Con la belleza de sus vistas se acabó este ciclo senderista que ha sido posible por el empeño y ayuda de muchos, como el Ayuntamiento de Morata en primer lugar, Protección Civil, personas concretas que han diseñado el ciclo y puesto su trabajo para acondicionar lo que faltaba y dar publicidad a esta iniciativa: Luis, Manuel, Miguel, Dani, Luis Enrique… y por supuesto a todas las personas que han participado en las marchas y que han mantenido la prudencia y normas que la situación sanitaria ha impuesto. Ellas son las protagonistas de que se siga haciendo camino, haciendo comunidad y poniendo en valor este pueblo, montes y río. Han sido poco más de 116 kilómetros en fantástica compañía. Gracias.
Y como colofón, se eligió una marcha (ruta 8 del mapa senderista de Morata, pendiente de señalizar) por un paraje poco visitado: Valdargar. En el límite con Santa Cruz de Grío y Alpartir, se localiza esta zona que se encaró por el barranco del Valdejudios y que lleva a un monte de carrascas donde se esconde una antigua mina de plata. Precioso paraje por el que se asciende al término de Alpartir y a la Butrera. Con la belleza de sus vistas se acabó este ciclo senderista que ha sido posible por el empeño y ayuda de muchos, como el Ayuntamiento de Morata en primer lugar, Protección Civil, personas concretas que han diseñado el ciclo y puesto su trabajo para acondicionar lo que faltaba y dar publicidad a esta iniciativa: Luis, Manuel, Miguel, Dani, Luis Enrique… y por supuesto a todas las personas que han participado en las marchas y que han mantenido la prudencia y normas que la situación sanitaria ha impuesto. Ellas son las protagonistas de que se siga haciendo camino, haciendo comunidad y poniendo en valor este pueblo, montes y río. Han sido poco más de 116 kilómetros en fantástica compañía. Gracias.
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