FICHA TECNICA | |
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Fecha: | 21/08/2016 |
Distancia: | 11.7 km |
Desnivel positivo: | 1000 m |
Dificultad: | Medio inflón |
Tiempo Invertido: | 3h 30m |
Cuando se despide san roquico queda invadido el pueblo de una
extraña melancolía que va más allá del súbito silencio que acompaña cada cuarto
de hora a las campanas. Cae un diente más de ese engranaje que nos envuelve a
cada uno de nosotros. Hace poco para los cenefos esa vuelta se celebraba con
una subida al Moncayo, donde reponíamos fuerzas para afrontar un nuevo otoño.
Ahora, afortunadamente, el mestizaje, la necesaria y reconfortante hibridación
mantiene viva la tradición y nos permite seguir disfrutando de buenos momentos
de monte.
Así fue el pasado 21 de agosto. Se selló la víspera de
fiestas, entre cervezas y travestismo, que Paco A., Chema, Miguel y los luises
afilarían cuchillos para embocar una vez más el Moncayo. Con las dudas de
cuándo pasó la semana, intentando sumar más voluntades, pero andamos o sobrados
de compromisos o escasos de ánimo. Sea lo que fuere, al final nos subimos al
coche de Paco, cinco (4 boinas y un cronista) más Matucán a eso de las 6 de la
mañana para ir a La Cueva de Agreda.
Después de un viaje animado, llegamos a eso de las 7.20, ya
amanecidos y con un frío que amenazaba que en la cumbre, si el cierzo
despertaba, podía ser de órdago para lo que acostumbra en agosto. Aunque el
avispero ya estaba revuelto, hubo alguno que le dijo a nuestro campeón, algo
capado por el sueño (menos mal), que algún agente de la competencia subía en 90
minutos. En fin, se lo que fuera, salimos al trote para arriba. Algún inocente
pensó que sería pasajero, pero pasando los kilómetros con un el resuello justo,
se constató que aquello iba en serio. Algunos subieron como alma que lleva el
diablo y alguno reptó como pudo la barrancada. Tómese como referencia que todos
los años afrontamos el barranco con el sol coronando el collado. Esta vez
llegamos arriba y empezar a asomar. Pero se subió, todo hay que decirlo, aunque…
¡qué mal se pasa cuando se pasa mal!. Los primeros alrededor de 90 minutos, los
últimos en 18 minutos más. Matucán de los primeros.
A las 9.30 ya habíamos descansado, hecho la foto de rigor, y
estábamos en condiciones de bajar a por el almuerzo. Por cierto, que del cierzo
que preveíamos, nada de nada. Un día excepcional, con una cumbre despejada, si
viento y con una buena temperatura, sin agobios.
La bajada también se las trajo, aunque aquí el resuello ya
no fallaba tanto. En poco, llegamos al coche, y nos fuimos a la fuente de
Beratón a dar cuenta de un excelente almuerzo: tomates de primera, sardinas
rancias y varias viandas más. Bien servidos, coche y al Casino, y al Zepe y a
la Plaza… a reponer que el otoño aguarda.
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