domingo, 28 de agosto de 2016

El otoño cenefo


FICHA TECNICA
 Fecha:  21/08/2016
 Distancia:   11.7 km  
 Desnivel positivo:   1000 m  
 Dificultad:  Medio inflón 
 Tiempo Invertido:   3h 30m 


Cuando se despide san roquico queda invadido el pueblo de una extraña melancolía que va más allá del súbito silencio que acompaña cada cuarto de hora a las campanas. Cae un diente más de ese engranaje que nos envuelve a cada uno de nosotros. Hace poco para los cenefos esa vuelta se celebraba con una subida al Moncayo, donde reponíamos fuerzas para afrontar un nuevo otoño. Ahora, afortunadamente, el mestizaje, la necesaria y reconfortante hibridación mantiene viva la tradición y nos permite seguir disfrutando de buenos momentos de monte.
Así fue el pasado 21 de agosto. Se selló la víspera de fiestas, entre cervezas y travestismo, que Paco A., Chema, Miguel y los luises afilarían cuchillos para embocar una vez más el Moncayo. Con las dudas de cuándo pasó la semana, intentando sumar más voluntades, pero andamos o sobrados de compromisos o escasos de ánimo. Sea lo que fuere, al final nos subimos al coche de Paco, cinco (4 boinas y un cronista) más Matucán a eso de las 6 de la mañana para ir a La Cueva de Agreda.
Después de un viaje animado, llegamos a eso de las 7.20, ya amanecidos y con un frío que amenazaba que en la cumbre, si el cierzo despertaba, podía ser de órdago para lo que acostumbra en agosto. Aunque el avispero ya estaba revuelto, hubo alguno que le dijo a nuestro campeón, algo capado por el sueño (menos mal), que algún agente de la competencia subía en 90 minutos. En fin, se lo que fuera, salimos al trote para arriba. Algún inocente pensó que sería pasajero, pero pasando los kilómetros con un el resuello justo, se constató que aquello iba en serio. Algunos subieron como alma que lleva el diablo y alguno reptó como pudo la barrancada. Tómese como referencia que todos los años afrontamos el barranco con el sol coronando el collado. Esta vez llegamos arriba y empezar a asomar. Pero se subió, todo hay que decirlo, aunque… ¡qué mal se pasa cuando se pasa mal!. Los primeros alrededor de 90 minutos, los últimos en 18 minutos más. Matucán de los primeros.
A las 9.30 ya habíamos descansado, hecho la foto de rigor, y estábamos en condiciones de bajar a por el almuerzo. Por cierto, que del cierzo que preveíamos, nada de nada. Un día excepcional, con una cumbre despejada, si viento y con una buena temperatura, sin agobios.
La bajada también se las trajo, aunque aquí el resuello ya no fallaba tanto. En poco, llegamos al coche, y nos fuimos a la fuente de Beratón a dar cuenta de un excelente almuerzo: tomates de primera, sardinas rancias y varias viandas más. Bien servidos, coche y al Casino, y al Zepe y a la Plaza… a reponer que el otoño aguarda.


Fotos de la salida

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