domingo, 26 de abril de 2015

UNA AÑO MÁS EN COSUENDA


FICHA TECNICA
 Fecha:   18/04/2015  
 Distancia:   29.2 km  
 Desnivel positivo:  1134 m  
 Dificultad:   calcetinada gorda  
 Tiempo Invertido:   7h45m (total)
 La primavera comienza en Cosuenda. Ha sido la máxima de estos últimos cinco años.  Este, con algo de retraso, volvimos a conectar Morata y Cosuenda un 18 de abril. Al llamamiento de Paco contestamos pocos cenefos, y aun con eso alguno se quedó por el camino. Menos mal que nuestros hermanos tenían bastante más quórum para la celebración. A las siete de la mañana (alguno, un poco más tarde) estábamos 9 en la plaza ávidos de kilómetros, monte y almuerzo: los luises, los pacos, javi, Antonio, los j. Carlos y Chema.

En esta ocasión evitamos ir a Mularroya y tiramos casi directos desde la cantera hasta algo más arriba del antiguo vivero, semi-cementerio de maquinaria… por ahora. Por la antigua gravera, tiramos por el camino paralelo al río camino de la Sardilla. Es una zona llana  que nos lleva pronto a las proximidades de las minas de plata de Alpartir. Por el camino se van quedando Pablo y su google, los azarollos de Paco (o sorbus aucuparia) y algún término complejo de nuestro idioma como caramullo. Solo la parte de las encinas es algo compleja por lo difícil del terreno. Demasiado virgen para mantener largo tiempo la verticalidad, y algo escarpado para mantener largo tiempo el resuello vivo. Con todo, y tras la parada obligada en las minas de plata, llegamos más pronto de lo previsto arriba, a la curva de la pista en la que solemos almorzar. En esta curva tocamos arrebato y fue un visto y no visto sembrar de viandas el camino y aligerar las botas (de vino) de nuestras mochilas. Un sin parar, vamos. A más de uno se le hizo dura la parada, excesivamente reponedora de sólido y líquido. Ni hambre ni sed, pareció ser el lema. Cuando ya todo estuvo saciado, hicimos la foto de rigor y tiramos para abajo, camino del valle de Tiermas.

En el pequeño ensanche que da entrada a la zona más frondosa del valle, nos reencontramos. Ya por entonces, nos costaba seguir el ritmo a algunos después de tan complejo almuerzo. Esta zona esta seriamente dañada por las lluvias de esta primavera, aunque aún mantiene viva la senda. Por allí, nos adentramos en tres grupos, y a un ritmo vivo, con el objetivo de llegar a la fuente, que se encuentra cerca del collado del Tío Francisco. En la reagrupación, más de uno aprovechó para aligerar peso, que no sé si es muy legal de cara a la subida que nos esperaba y en la que todos estábamos mirándonos con el rabillo del ojo.

Reanudada la marcha, nos encontramos enseguida con la senda del Tío Francisco. Allí cada uno sube a su marcha y por lo que parece, por primera vez en mucho tiempo no hay disputa por la primera posición, o al menos eso nos dicen a los que tuvimos que llegar ligeramente (este año, sí; solo ligeramente) más retrasados.  Desde allí, todo es bajada hasta Cosuenda. Con un ritmo más que vivo completamos los 28.8 km de este año.

Y ni que decir tiene que a partir de la llegada, todo es fiesta. Como siempre Silverio nos aguarda con la bogueda preparada. Con unos amigos suyos compartimos carabineros, chuleticas y buen vino. Excelente ambiente y las canciones tradicionales, antes de ir recogiendo velas los más madrugadores. Pasan los años y seguimos disfrutando como el primero. Gracias a Paco por seguir animándonos a esta marcha y a disfrutar de monte y buena comida.




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Fotos de la salida

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