FICHA TECNICA | |
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Fecha: | 29/01/2013 |
Distancia: | 14.38 km |
Dificultad: | Fácil (paseo) |
Tiempo Invertido: | 3h37m |
San Valero, para aquellos que no lo sepan, es patrón de Zaragoza, pero algo debió de hacer también por Cariñena para que le honren como Santo Patrón. O le dediquen una bodega. Ambas circunstancias (las patronales) propiciaron y condicionaron la visita a la Sierra de Algairén con que despedimos Enero. El día libre nos animó a coger el coche con los trastos de andar y tirar para Encinacorba a patear algo de sierra y llegar a la Atalaya. La parada en Cariñena para comprar pan nos descubrió el patronazgo de San Valero más alla de Zaragoza. Tampoco en Encinacorba nos fue mejor. Así que comenzamos la ascensión sin pan, pero con viento... (de lo de ventolero no hubo manera de librarse).
El principio es suave, pero enseguida comienza una subida continuada, aunque poco exigente, que está siempre bien marcada, por una pista hacia la Sierra, ya salpicada de pinos. El paisaje se anima, y en poco se distingue algo de nieve en lo alto. Cierto que el día está para pocos miramientos, por lo que subimos rápido hasta lo alto, donde se obtiene una excelente vista de Algairen y Vicort, con el Moncayo a lo lejos. Recomendable estos 8 km de subida y las vistas de arriba.
De bajada, tiramos por otro camino y paramos rápido a dar cuenta de queso, sardinas, chorizo y unas excelentes olivas preparadas por la madre de Raúl. Sin pan, pero con hambre. Con algo de vino, entra fácil. Apurado el alumuerzo, tiramos por un camino poco transitado y bastante empinado que enseguida nos conduce a las vías. Cruzamos por encima del túnel y ya todo para abajo hasta Encinacorba. El tiempo para entonces había mejorado mucho.
Coche, llegada a Zaragoza, picoteo en el Moulin Rouge y para casa.
Una circular intersante y cercana a Zaragoza. Para todos los públicos.
El principio es suave, pero enseguida comienza una subida continuada, aunque poco exigente, que está siempre bien marcada, por una pista hacia la Sierra, ya salpicada de pinos. El paisaje se anima, y en poco se distingue algo de nieve en lo alto. Cierto que el día está para pocos miramientos, por lo que subimos rápido hasta lo alto, donde se obtiene una excelente vista de Algairen y Vicort, con el Moncayo a lo lejos. Recomendable estos 8 km de subida y las vistas de arriba.
De bajada, tiramos por otro camino y paramos rápido a dar cuenta de queso, sardinas, chorizo y unas excelentes olivas preparadas por la madre de Raúl. Sin pan, pero con hambre. Con algo de vino, entra fácil. Apurado el alumuerzo, tiramos por un camino poco transitado y bastante empinado que enseguida nos conduce a las vías. Cruzamos por encima del túnel y ya todo para abajo hasta Encinacorba. El tiempo para entonces había mejorado mucho.
Coche, llegada a Zaragoza, picoteo en el Moulin Rouge y para casa.
Una circular intersante y cercana a Zaragoza. Para todos los públicos.
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