domingo, 15 de abril de 2012

La Cabrera y el coco de Juan Carlos

Fecha: 7 de abril de 2012
Asistentes: Juan Carlos, Fernando, Fernando Alonso, Ángel, Rafa, Luis I, Luis


Cocimos en Semana Santa una salidica que algunos de los cenefos teníamos pendiente: la subida a la Cabrera que preside a nuestra exportadora de papas y Martínez de Lunas. Allá fuimos desde el consabido Albergue, con la compañía del añorado Fernando Alonso que se nos quedó olvidado allá en el Pico del Buitre, algún tiempo ha. En Illueca nos esperaba Juan Carlos. La salida, un poco antes del cementerio, transcurre por una pista a los pies de la sierra de la Virgen. Todo para arriba y bien marcado por postes. En estas primeras cuestas, Juan Carlos marcha para adelante con Boni. No es que sea una ascensión especialmente dura, pero es continuada y se nota, tanto que poco a poco los más perjudicados, Rafa y Luis, van quedándose descolgados.
Tras un reagrupamiento, cogemos la primera senda del día, la del Refugio, que como el resto está bien indicada por tablillas. Bonita senda, no excesivamente larga que nos lleva a una caseta con chimenea, madera abundante y excelentes vistas, ya en la sierra. El día no acompaña mucho, porque hace frío y está algo nublado, aunque no había predicción de lluvia. Ya hemos remontado unos 400 m.Reponemos algo de líquidos y miramos el trecho que nos queda todavía: una subida similar pero en menos trecho.
Seguimos de sendas, en fila india, para poco a poco ir llegando a la cima. Ya antes, tenemos alguna zona con nieve. El viento arrecia y la sensación es de frío intenso. Tanto que al llegar arriba nos detenemos el tiempo justo en el vértice geodésico (1433 m) para las dos fotos de rigor y tiramos inmediatamente para abajo. Tomamos ahora una buena senda que nos cuentan los ciclitas allí presentes, hicieron de noche. Visto el caminocabras por el que bajamos, algo se duda, pero será. Antes de llegar a la fuente, al abrigo de unas piedras hacemos el campamento para el almuerzo. Sublime. Viene sucediendo que los almuerzos se convierten en festines. Sumamos embutidos varios, quesos de pelaje diversos, anchoas (queso curado con anchoa, made in JC), sardinitas, algo de fruta y los cocos de Juan Carlos. Detallazo que agradecemos como corresponde. Y por supuesto, el duelo de vinos (llamamos desde aquí al reclutamiento de una nueva bota cenefa que soporte las arengas ciclistas).

Una vez repuestos, todo para abajo de una tirada que la cosa ya es fácil… y nada más. Dejamos constancia de alguna sentencia sobre esta crisis que nos atosiga: no hay flus.

1 comentario:

  1. Bonita etapa y estupenda crónica. Esperaba haber visto antes que ésta aquella en que los Cenefos aduvieron por tierras oscenses, pero ahora estoy casi seguro que su recuerdo solo quedará en nuestra memoria fotográfica ...

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