Asistentes: Juan Carlos, Fernando, Fernando Alonso, Ángel, Rafa, Luis I, Luis
Tras un reagrupamiento, cogemos la primera senda del día, la del Refugio, que como el resto está bien indicada por tablillas. Bonita senda, no excesivamente larga que nos lleva a una caseta con chimenea, madera abundante y excelentes vistas, ya en la sierra. El día no acompaña mucho, porque hace frío y está algo nublado, aunque no había predicción de lluvia. Ya hemos remontado unos 400 m.Reponemos algo de líquidos y miramos el trecho que nos queda todavía: una subida similar pero en menos trecho.
Seguimos de sendas, en fila india, para poco a poco ir llegando a la cima. Ya antes, tenemos alguna zona con nieve. El viento arrecia y la sensación es de frío intenso. Tanto que al llegar arriba nos detenemos el tiempo justo en el vértice geodésico (1433 m) para las dos fotos de rigor y tiramos inmediatamente para abajo. Tomamos ahora una buena senda que nos cuentan los ciclitas allí presentes, hicieron de noche. Visto el caminocabras por el que bajamos, algo se duda, pero será. Antes de llegar a la fuente, al abrigo de unas piedras hacemos el campamento para el almuerzo. Sublime. Viene sucediendo que los almuerzos se convierten en festines. Sumamos embutidos varios, quesos de pelaje diversos, anchoas (queso curado con anchoa, made in JC), sardinitas, algo de fruta y los cocos de Juan Carlos. Detallazo que agradecemos como corresponde. Y por supuesto, el duelo de vinos (llamamos desde aquí al reclutamiento de una nueva bota cenefa que soporte las arengas ciclistas).
Una vez repuestos, todo para abajo de una tirada que la cosa ya es fácil… y nada más. Dejamos constancia de alguna sentencia sobre esta crisis que nos atosiga: no hay flus.
Bonita etapa y estupenda crónica. Esperaba haber visto antes que ésta aquella en que los Cenefos aduvieron por tierras oscenses, pero ahora estoy casi seguro que su recuerdo solo quedará en nuestra memoria fotográfica ...
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