domingo, 2 de abril de 2023

MORATADA 2023


FICHA TECNICA
 Fecha:   01/04/2023
 Distancia:   40 km  
 Desnivel positivo:   1800 m  
 Dificultad:   Calcetinada 
 Tiempo Invertido:   12h


Y llegó el día. Después de un invierno en el que se han retomado las salidas por los alrededores de Morata y la Sierra de Algairén, llegaba la primera gran andada de 2023: una segunda edición de la moratada, uniendo varias de las rutas senderistas del pueblo y completando 40 km de su perímetro. A las 6h de la mañana, en la plaza nos juntamos ¡14! para compartir sea parte o la totalidad de este exigente recorrido. Lo primero era ver amanecer en la Sierra de Morata y hacia allí comenzamos la primera ascensión del día. Una santa compaña de frontales, que en una mañana algo fría por el aire que soplaba, daba un extraño aspecto al monte. El recorrido coincidía con la ruta 2, que pasando por la Hoya Sanz nos llevó hasta el límite con Purroy para desviarnos y empezar a ascender hacia la sierra, siempre con Ernesto marcando el paso y Luis I atento a las equivocaciones de ruta y a la radio que le amenizaba el paseo. Cada cual a su ritmo se fue ascendiendo hasta la cresta de la Sierra de Morata, ya con las primeras luces del día, y por ella nos aproximamos al Tordello. Foto en su vértice geodésico y descenso para ir hacia el Cerro de la Atalaya.

A la Atalaya se llegó a eso de las 9h. Algo de comida, agua, foto de rigor y retomamos camino hacia el Monte Blanco cruzando la autovía, ya próximos a El Frasno. Nueva subida, una más de las muchas de este recorrido machacón, para alcanzar una visión privilegiada del pantano, embalse o como quieran llamar a lo que recoge las aguas arrebatadas al Jalón, así como de todo el valle del río Grío, la Sardilla, Valdargar y los Cerrillos. De nuevo es un continuo subibaja entre carrascas, arbustos o campos de almendros que nos lleva a una pista en dirección Santa Cruz de Grío. Ya próximos al mediodía, llegamos a la carretera y en ese momento tuvimos las primeras bajas, ya previstas porque había quienes solo hacía parte del recorrido. Pili y Belén se retiran y el resto continúa hacia Valdargar (se supone, porque de los postes de indicación de rutas por algún extraño motivo se arranca cualquier letrero que mencione este curioso y bonito nombre). La subida a la primera boca de mina ya se empieza a atragantar a alguno. Allí, reponemos fuerzas, nueva foto y subida dura y exigente por el bosque de carrascas hacia la pista que conecta con Alpartir, donde nos esperaban los Pacos (A y B) con Matucán, y el almuerzo del día. En la curva y el enebro que de tantas andadas a Cosuenda han sido testigos, dimos cuenta de los bocadillos y una bota de vino que a gloria supo. Nuevas bajas, esta vez de Toñi y Ángel que no se decidieron a continuar aunque tentados estuvieron (e hicieron bien porque la promesa de que no había muchas más subidas, muy veraz no pareció a la postre). El resto tomamos la senda Hontanal o Solana que dudas había, para dirigirnos hacia la Cerqueta. Es un tramo de


silencio y recogimiento, con tanto viento como pereza.

La última subida dura del día es por la senda Nonchu, y en su mirador volvemos a hacer una foto rápida para ya ir hacía Mularroya. El ritmo es bueno y se anticipa que vamos a llegar al punto de avituallamiento mucho antes que en la anterior Moratada. Ya por esa zona no hay subidas y son todo aproximaciones (Luis I dixit). Y por aclamación se da cuenta del despiste del día (bueno… de la década, que no recordamos otra reciente) de Luis I que confundió la ruta en un cruce: la culpa de un mojón. Tras el recochineo pertinente, retomamos el camino hacia la peña Robapozales, y de allí al punto de encuentro con Paco A y el último avituallamiento, antes de la última parte de la etapa, en la que causa baja Javi, senderista multitarea como pocos.

La parte final, tomada la senda Moncho, consiste en aproximarnos a la autovía, con la vuelta necesaria para alcanzar los 40 km. Ya en esa zona, Luis I tiraba del grupo, sea azuzado por el despiste, sea porque la mula tiraba para la cuadra, sea porque está fuerte y nos quiere dejar tirados. Eso sí, algún alcorze hubo. Y pasada la autovía, bajada hasta el parque de los olivos y desde allí a Morata con foto incluida en el paso de los vizcaínos. Sería poco menos de las 18h cuando se cruzó el arco de la plaza, con recibimiento musical incluido como prometieron Pifi y Pelotieso. Foto grupal y recuperación de
electrolitos en El Casino, para despedir a Ernesto, Jose Luis y Félix. Buen ambiente y excelente día que terminamos con una cena en La Plaza que nos organizó Luis I. Gracias a los participantes que han hecho agradable y entretenida esta andada. Y a Paco A por su apoyo logístico y la compañía de Paco B, siempre pendiente de este grupo. ¡Salud y camino!

Y muchos recuerdos a los cenefos que están completando estos días el camino de Santiago.




Fotos de la salida

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