FICHA TECNICA | |
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Fecha: | 31/08/2013 |
Distancia: | 11.80 km |
Dificultad: | Pechada-Inflón |
Tiempo Invertido: | aprox 8h 45min (almuerzo y paradas incluidas) |
Es el cenefo asiduo de caminos y apasionado de sendas. Más
lejos le quedan alturas allende el techo que marca nuestro Moncayo, o todo
aquello que se aproxime a la escalada que afama nuestro pueblo. Quizás por ello
teníamos la espinita de visitar los Pirineos y romper la curva de nivel de los
3000. Espinita que no nos pudimos quitar el año pasado y que acunaba Miguel.
Nos costó lo nuestro decidir una fecha y ajustar la cita, pero al final
conseguimos quorum más que suficiente para salir al Garmo Negro este pasado
sábado 31 de agosto. Tras varios tiras y aflojas, cientos de guasaps y algún
disgusto de Luis I, salimos para Panticosa un casi pleno de cenefos, contando
además con Ernesto como excelente guía.
Llegados a Panticosa, nos pusimos las botas y a las 7.50
comenzamos la subida. El día era realmente espléndido: el frío justo para andar
plácidamente y ni una nube en el horizonte. Cogimos el camino obligado cerca
del refugio de la Casa de Piedra, visitando primero la cascada para ya subir
por la senda de la fuente. En esta primera zona boscosa llevamos un paso intenso;
la justa para coger calor y romper a sudar. Llegados a la Mallada Baja, hacemos
un primer descanso para quitar ropa y echar algún trago. Ya en esta zona, más
despejada de árboles, se aprecia lo duro de la etapa y lo que hay que desnivelar
para alcanzar el Garmo ya claramente visible. Sigue a esta zona unos buenos
desniveles en una zona bien marcada y que enfila hacia el collado de
Pondiellos. Ya aquí, se nota lo duro de la subida, con zonas pedregosas en las
que a veces hay que echar mano para evitar caídas. Por supuesto Ernesto nos
guía y va tirando del grupo, con Fernando respondiendo bien a pesar de su
rodilla y Rafa siguiendo siempre a su ritmo con encomiable voluntad.
Aunque
había más de una posibilidad, seguimos a Ernesto, y los múltiples mojones,
camino de Pondiellos, haciendo todas las paradas necesarias para reagruparnos,
coger algo de aire o echar algún trago. Afortunadamente, no hay excesivos
neveros, por lo que ascendemos todo que podemos antes de cruzar e ir al collado
que separa el Garmo del Argualas, en una zona en la que ya se distinguen neveros,
pero con poca pendiente. No parecían peligrosos, ni necesario el uso de
crampones o similar. Incluso, se podían evitar si se prevé bien el camino. Ya
en esta zona nos empiezan a adelantar algún grupo y empieza a verse una larga
fila de gente que sigue nuestros pasos.
Llegados al nevero cruzamos sin dificultad porque la nieve
está blanda y es fácil clavar bastón y asegurar la pisada. Las primeras dudas
surgen aquí: tiramos para arriba por la zona sin nieve y subimos por la pedrera
que lleva a la cima, o tiramos al final del circo y cresteamos. Esta es la
opción que nos habían aconsejado y la que conoce Ernesto, así que dejamos la
ruta que hace la mayoría y seguimos cruzando neveros hasta la zona que separa
el Garmo del Algas. Subir a la cresta merece la pena; impacta la vista. Luego crestear
se antoja un pelín más complicado para el cenefo que vuela a menos altura, pero
una vez acostumbrado se llega a la cumbre por un camino inolvidable. Eso sí, la
cumbre está concurrida; lo justo para una foto, revisar el panorama, disfrutar
del momento y poco más.
La bajada por la pedrera que da al Argualas también tiene lo
suyo: es dura y exigente y solo después de algún que otro resbalón llegamos al circo,
aunque esta vez descendemos procurando sortear los neveros. También el descenso
es algo complicado y conviene reservar fuerzas. Después de varios descansos,
buscamos una buena piedra para dar cuenta del almuerzo, que ni decir tiene
entra estupendamente. A partir de entonces, todo se antoja más sencillo y en
breve llegamos a la Casa de Piedra, donde damos cuenta de una reposición de
sales reglamentaria. Ha sido un día estupendo, en un entorno maravilloso y una
fantástica compañía. Para celebrarlo nos dimos un refrigerio en Paco’s: vinos,
cervecicas, guardiaciviles, huevos rotos, ensaladilla… Hasta el siguiente
compañeros. ¡Y suerte en el Mont Blanc!
Tremendo el inflón, magnífica la crónica y maravilloso el día pasado en el Garmo Negro. ¡¡¡Nos vemos en el siguiente reto!!!
ResponderEliminarUn día estupendo. Esperemos que el lesionado evolucione bien y solo quede como recuerdo las fotos. Este fin de semana estaré por Morata dispuesto a retomar sendas.
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