Si pero hoy se trataba de otro tipo de marcha muy distinta. Esta vez los Cenefos acudimos a la marcha nocturna que habían organizado Os Andarines d’Aragón por los alrededores de Zaragoza.
En torno a las diez de la noche cuatro aguerridos Cenefos: Fernando, Juanjo, Luis y Miguel, llegaban al pabellón de Juslibol donde se habían instalado las mesas de registro. Sería éste también inicio y fin de la marcha.
Al registrarnos nos daban una pulsera todo incluido, parece que se está poniendo de moda este complemento en el equipo del senderista que participa en este tipo de eventos, un vale para la recena y una linterna a dinamo. Lógicamente al ser la marcha nocturna, se hacía imprescindible algo de luz para el camino.
Tras el registro, vasito de moscatel unas fotos y a esperar el pistoletazo de salida. Por delante teníamos unos 23 kilometros con muy poco desnivel en una noche con un cielo semi-cubierto por las nubes y una temperatura de unos 20º.Poco antes de las once, arrancaba la marcha en dirección hacía las primeras rampas. El recorrido era fácil, prácticamente todo llano excepto estas primeras rampas que nos dirigirían desde el mismo Juslibol hasta las antenas de telecomunicaciones que hay en los montes cercanos.
Salimos rápido, muy rápido diría yo, lo cual nos hizo ganar posiciones y adelantar a grupos de senderistas que se tomaban este inicio con más calma. El caso es que llegamos al final de las rampas con cierta ventaja sobre el grueso del pelotón lo que nos permitió disfrutar de una vista espectacular: a nuestra izquierda la ciudad con sus luces anaranjadas, y volviendo la cabeza hacia detrás, titubeaban decenas de lucecitas blanco-azuladas confeccionando una serpiente luminosa sin par; cada uno de los senderistas con su linterna en mano daba cuerpo a este reptil fantasmagórico.
Continuamos ya por un sendero, donde seguíamos con un ritmo endiablado, a la postre el GPS de Juanjo daría fe de una media mantenida de 6,2km/h. Este ritmo hizo que la ventaja con nuestros inmediatos “perseguidores” fuese aumentando hasta abrir una brecha de unas cuantos metros, tal era el caso que en los viros y reviros del sendero perdíamos de vista el brillo de sus linternas.
El sendero nos lleva a unas escaleras, que primero de cemento y luego de arena compactada retenida por pedazos de madera, s dirigen hacía el galacho de Juslibol. En breve llegaríamos al primer avituallamiento.Vasito de gazpacho fresco, exquisito, algunos frutos secos y botella de agua para guardar en la mochila.
La climatología de la noche fue casi perfecta ni mucho calor ni mucho frío con un cielo semicubierto que no pasó de ser amenazador. Si que en la zona del Ebro se dejaba sentir una brisa fresca que aliviaba el acaloramiento suscitado por la marcha.
Saliendo del avituallamiento y por el sendero que discurre por el mismo galacho de Juslibol, llegamos al camino que por la ribera izquierda del Ebro nos debería llevar hasta el próximo avituallamiento.
Por este camino, no nos queda muy claro si el río va por nuestra derecha o por nuestra izquierda; la noche había desorientado ligeramente a Juanjo y Miguel y no daban crédito a lo que veían en la pantalla del GPS, maldito Garmin se está equivocado, el río debería estar en el otro lado, a nuestra izquierda. Menos mal que Fernando y Luis que se orientan mucho mejor que los primeros aclararon tal entuerto. Claro que el río discurría por nuestra derecha, pues estábamos volviendo hacia Zaragoza, hacia el Actur, ahora si que no había duda.Este tramo fue bastante animado pues el camino estaba jalonado por gran cantidad de coches en los cuales, muy probablemente, se encontraban amantes que habían llegado hasta aquí para dar rienda suelta a sus fogosos deseos. Seguramente alguno de ellos pensó: “he escogido mala noche para enamorarme”, claro con casi setecientos senderistas pasando el momento pierde el carácter de íntimo.
Como he comentado arriba, llegamos a la ciudad donde nos espera el segundo avituallamiento, un breve bocadillo de jamón y vino en porrón, no esta mal. Solo faltó poder haber repetido de jamón, otra vez será.
Revisión de botas de Miguel, hace ya varios metros que unos guijarros le andaban molestando, y continuamos ahora por ciudad.
Cruzamos la pasarela sobre el río que nos lleva a la margen derecha del Ebro, y por ahí continuamos a favor de la corriente en dirección al puente del tercer milenio.
En este tramo y gracias a la presencia de unos sucedáneos de los Pecos entró en juego “El Calleja de Valdejalón”. Nuestro reportero tuvo su gran debut en la marcha del maestro zapatero con las grabaciones de los chamanes del lugar, aquí no pudo por menos que hacer una grabación clandestina, cuidado con la SGAE, del éxito “naino, naino” interpretado por tan afamado dúo.
Con la música en vivo este tramo se nos hizo liviano y enseguida llegamos al avituallamiento que justo debajo del puente del milenio nos ofreció unas sopetas y algo de líquido, estuvimos por no parar, pero ya se sabe que el Cenefo no es competitivo y trata de disfrutar al máximo de lo que la marcha ofrece.
Arrancamos de nuevo, cruzando el susodicho puente, llegamos a la zona del parque del agua, donde primero al compás de Rihana y luego al compás de algún batráceo vamos dejando atrás la ciudad.De nuevo “El Calleja de Valdejalón” toma unos planos de las charcas donde ranas y ranuecos ensayan cantos ancestrales y polemiza sobre el ideólogo del cual surgió la maravillosa iniciativa de hacer un criadero de ranas tan cerca de la ciudad.
Abro paréntesis para agradecer las dos o tres veces que Fernando tomo las riendas de la situación y nos hizo tomar el camino correcto. La señalización del camino al ser de noche era complicada. La organización había colocado lucecitas rojas marcando el camino, además de las clásicas cintas de las cajas locales, pero en varios cruces se daba pie a la confusión, y de hecho algún grupo de senderistas confundió varios tramos de la marcha sin más penitencia que hacer unos cuantos metros más.
En todas las ocasiones de duda Fernando nos guió de forma certera. Se decidió por unanimidad quitarle los warning acumulados en marchas anteriores. Se cierra paréntesis.
Dejando atrás el parque del agua continuamos por asfalto hacía Juslibol y en un pis pas nos encontramos en el barrio, entretanto pasamos grupos de senderistas que habiendo optado por acortar legalmente la marcha, que no hacer trampa, andaban más relajados que nosotros que seguíamos con nuestro ritmo inicial.
Así llegamos en torno a las 2:45 de la mañana al pabellón de donde habíamos salido casi cuatro horas antes.
Al finalizar unas cañas de cerveza para reponer líquidos y un chubasquero talla única con olor a Nancy que nos dieron como recuerdo de este día.
Nos esperaba un estupendo colofón, la organización nos preparó una recena con huevos fritos, longaniza y jamón, sobran los comentarios.
En resumen, 22km de una marcha altamente recomendable, bien organizada, peculiar por lo de la nocturnidad, lástima el bocata de jamón, mejor 3XL, que diría Fernando.
En torno a las diez de la noche cuatro aguerridos Cenefos: Fernando, Juanjo, Luis y Miguel, llegaban al pabellón de Juslibol donde se habían instalado las mesas de registro. Sería éste también inicio y fin de la marcha.
Al registrarnos nos daban una pulsera todo incluido, parece que se está poniendo de moda este complemento en el equipo del senderista que participa en este tipo de eventos, un vale para la recena y una linterna a dinamo. Lógicamente al ser la marcha nocturna, se hacía imprescindible algo de luz para el camino.
Tras el registro, vasito de moscatel unas fotos y a esperar el pistoletazo de salida. Por delante teníamos unos 23 kilometros con muy poco desnivel en una noche con un cielo semi-cubierto por las nubes y una temperatura de unos 20º.Poco antes de las once, arrancaba la marcha en dirección hacía las primeras rampas. El recorrido era fácil, prácticamente todo llano excepto estas primeras rampas que nos dirigirían desde el mismo Juslibol hasta las antenas de telecomunicaciones que hay en los montes cercanos.
Salimos rápido, muy rápido diría yo, lo cual nos hizo ganar posiciones y adelantar a grupos de senderistas que se tomaban este inicio con más calma. El caso es que llegamos al final de las rampas con cierta ventaja sobre el grueso del pelotón lo que nos permitió disfrutar de una vista espectacular: a nuestra izquierda la ciudad con sus luces anaranjadas, y volviendo la cabeza hacia detrás, titubeaban decenas de lucecitas blanco-azuladas confeccionando una serpiente luminosa sin par; cada uno de los senderistas con su linterna en mano daba cuerpo a este reptil fantasmagórico.
Continuamos ya por un sendero, donde seguíamos con un ritmo endiablado, a la postre el GPS de Juanjo daría fe de una media mantenida de 6,2km/h. Este ritmo hizo que la ventaja con nuestros inmediatos “perseguidores” fuese aumentando hasta abrir una brecha de unas cuantos metros, tal era el caso que en los viros y reviros del sendero perdíamos de vista el brillo de sus linternas.
El sendero nos lleva a unas escaleras, que primero de cemento y luego de arena compactada retenida por pedazos de madera, s dirigen hacía el galacho de Juslibol. En breve llegaríamos al primer avituallamiento.Vasito de gazpacho fresco, exquisito, algunos frutos secos y botella de agua para guardar en la mochila.
La climatología de la noche fue casi perfecta ni mucho calor ni mucho frío con un cielo semicubierto que no pasó de ser amenazador. Si que en la zona del Ebro se dejaba sentir una brisa fresca que aliviaba el acaloramiento suscitado por la marcha.
Saliendo del avituallamiento y por el sendero que discurre por el mismo galacho de Juslibol, llegamos al camino que por la ribera izquierda del Ebro nos debería llevar hasta el próximo avituallamiento.
Por este camino, no nos queda muy claro si el río va por nuestra derecha o por nuestra izquierda; la noche había desorientado ligeramente a Juanjo y Miguel y no daban crédito a lo que veían en la pantalla del GPS, maldito Garmin se está equivocado, el río debería estar en el otro lado, a nuestra izquierda. Menos mal que Fernando y Luis que se orientan mucho mejor que los primeros aclararon tal entuerto. Claro que el río discurría por nuestra derecha, pues estábamos volviendo hacia Zaragoza, hacia el Actur, ahora si que no había duda.Este tramo fue bastante animado pues el camino estaba jalonado por gran cantidad de coches en los cuales, muy probablemente, se encontraban amantes que habían llegado hasta aquí para dar rienda suelta a sus fogosos deseos. Seguramente alguno de ellos pensó: “he escogido mala noche para enamorarme”, claro con casi setecientos senderistas pasando el momento pierde el carácter de íntimo.
Como he comentado arriba, llegamos a la ciudad donde nos espera el segundo avituallamiento, un breve bocadillo de jamón y vino en porrón, no esta mal. Solo faltó poder haber repetido de jamón, otra vez será.
Revisión de botas de Miguel, hace ya varios metros que unos guijarros le andaban molestando, y continuamos ahora por ciudad.
Cruzamos la pasarela sobre el río que nos lleva a la margen derecha del Ebro, y por ahí continuamos a favor de la corriente en dirección al puente del tercer milenio.
En este tramo y gracias a la presencia de unos sucedáneos de los Pecos entró en juego “El Calleja de Valdejalón”. Nuestro reportero tuvo su gran debut en la marcha del maestro zapatero con las grabaciones de los chamanes del lugar, aquí no pudo por menos que hacer una grabación clandestina, cuidado con la SGAE, del éxito “naino, naino” interpretado por tan afamado dúo.
Con la música en vivo este tramo se nos hizo liviano y enseguida llegamos al avituallamiento que justo debajo del puente del milenio nos ofreció unas sopetas y algo de líquido, estuvimos por no parar, pero ya se sabe que el Cenefo no es competitivo y trata de disfrutar al máximo de lo que la marcha ofrece.
Arrancamos de nuevo, cruzando el susodicho puente, llegamos a la zona del parque del agua, donde primero al compás de Rihana y luego al compás de algún batráceo vamos dejando atrás la ciudad.De nuevo “El Calleja de Valdejalón” toma unos planos de las charcas donde ranas y ranuecos ensayan cantos ancestrales y polemiza sobre el ideólogo del cual surgió la maravillosa iniciativa de hacer un criadero de ranas tan cerca de la ciudad.
Abro paréntesis para agradecer las dos o tres veces que Fernando tomo las riendas de la situación y nos hizo tomar el camino correcto. La señalización del camino al ser de noche era complicada. La organización había colocado lucecitas rojas marcando el camino, además de las clásicas cintas de las cajas locales, pero en varios cruces se daba pie a la confusión, y de hecho algún grupo de senderistas confundió varios tramos de la marcha sin más penitencia que hacer unos cuantos metros más.
En todas las ocasiones de duda Fernando nos guió de forma certera. Se decidió por unanimidad quitarle los warning acumulados en marchas anteriores. Se cierra paréntesis.
Dejando atrás el parque del agua continuamos por asfalto hacía Juslibol y en un pis pas nos encontramos en el barrio, entretanto pasamos grupos de senderistas que habiendo optado por acortar legalmente la marcha, que no hacer trampa, andaban más relajados que nosotros que seguíamos con nuestro ritmo inicial.
Así llegamos en torno a las 2:45 de la mañana al pabellón de donde habíamos salido casi cuatro horas antes.
Al finalizar unas cañas de cerveza para reponer líquidos y un chubasquero talla única con olor a Nancy que nos dieron como recuerdo de este día.
Nos esperaba un estupendo colofón, la organización nos preparó una recena con huevos fritos, longaniza y jamón, sobran los comentarios.
En resumen, 22km de una marcha altamente recomendable, bien organizada, peculiar por lo de la nocturnidad, lástima el bocata de jamón, mejor 3XL, que diría Fernando.
Excelente crónica.
ResponderEliminarTenemos una cantera de cronistas de lujo!!!
Me sumo a Juancho. Me has alegrado la mañana. Agradezco, además, que se silencie mi arrastre en los últimos kilómetros.
ResponderEliminarEsta cronica la guardamos para el archivo de las nocturnas, el buen humor el pasarlo bien forma parte de estas andadas, el contar con participantes con ese humor es un lujo para nosotros.
ResponderEliminarGracias Cenefos
Al contrario José María, gracias a vosotros por organizar eventos como éste.
ResponderEliminarLuis, yo no vi a nadie arrastrado en los últimos kilómetros, ¿A que te refieres? ;-)
Me refiero a ese diente que me falta en el piñón últimamente. Se solventará este verano, Dios mediante. En cualquier caso, recuérdese que el cenefo medio se apunta al cinco (que no a la rima!!). Más allá, se sufre. Salvo en llano que todavía se siente capaz de disimular.
ResponderEliminarMis congratulations a los que pueden participar este fin de semana en la fiesta bloguera. Solo puedo decir una cosa: ¡Qué cabrones!.