domingo, 23 de noviembre de 2014

LAS PANTALLAS CAPACITIVAS, PACOMONDO Y LAS TRES ESTRELLAS


FICHA TECNICA
 Fecha:   22/11/2014 
 Distancia:   39,7 km  
 Desnivel positivo:   800 y pico m  
 Dificultad:   Calcetinada gorda 
 Tiempo Invertido:   8h andando

Ayer sábado 22 de noviembre, fue el día elegido por la peña ciclista para celebrar la tradicional peregrinación a Calcena. El año pasado fue realmente a Purujosa, así que para la mayoría de cenefos esta era la primera calcenada. Vivida la inolvidable jornada del 2013, era obligado repetir con nuestros hermanos travesía, que en esta ocasión iba a transcurrir por el GR-90 desde Morata hasta Calcena. Una calcetinada de 40 kilometracos.
HISTÓRICA FOTO DE SALIDA
Allá nos fuimos el día anterior Fer y el narrador, para poder dejar un coche en Calcena. Nos dimos cuenta de la soledad de nuestros pueblos. Pasado Morata era difícil ver a alguien en cualquiera de los varios pueblos del camino. Si acaso algún zorro o un corzo que a punto estuvo de costarnos un buen disgusto. Menos mal que respondieron los frenos. Dejado el coche, vuelta a Morata, cena reparadora en el Casino y a dormir. Todos menos Juancho que a eso de las 2 a.m. comunicaba vía guasap su aterrizaje en Morata.
A las 7.30 todos listos (Juancho incluido) para partir. Miguel, Paco, Juancho, Fer y Luis. Lo primero repostar en la panadería de nuestros amigos los Pelos, y una foto de salida. Aquí la cosa se complicó porque ni Arturo ni José, habilidoso uno y voluntarioso el otro, atinaron a sacar foto alguna de los varios móviles que probaron. Y mira que el seminario recibido tenía su aquel, pero ni por esas. Ni apretando aquí, ni jurando allá, consiguieron que el flash anunciara el habemus foto. Eso sí, el cuarto de hora perdido en esto mereció la pena por las risas que nos echamos. Menos mal, que otro cliente mañanero nos sacó del apuro. Resuelta la foto, emprendemos camino hacia Chodes, primer pueblo a conquistar en la ruta. Ya para entonces habíamos visto a algunos de los ciclistas que iban a salir algo más tarde hacia Calcena, aunque por otra ruta. En este tramo, Juancho nos propone su teoría, plausible, de la no-foto de los Pelos: las pantallas capacitivas y el oficio de panadero tienen cierta incompatibilidad si los ejercientes llevan los dedos con restos de la harina no conductora de la masa de pan. Lo damos por bueno.
Con la sonrisa de estos primeros momentos cruzamos Chodes, su antiguo vertedero y llegamos a la carretera donde nos saluda, y recrimina, la guardia civil. Es poquito trozo de carretera, pero hay que recordar el chaleco. Eso sí, el único coche que pasó fue ese. En Arándiga nos desviamos a la izquierda hacia el final del pueblo, pasado el castillo y sus andamios, y la ermita. Seguimos y aquí, el GPS andante que es Paco nos propone su primera variante del día. Un camino más directo, que según nos dice fue cortado por alguien para evitar cruzar un campo. Poco después comprobamos que fue cortado por zarzas, barrizales y una zona de agua que ya le cuesta la primera mojadura a Miguel. Repuestos de estos primeros sustos, seguimos por el camino de la Vera Cruz a pasar el Aranda y coger camino a Nigüella. Paco y su Endomondo nos van informando del ritmo de cada kilómetro, lo que se ha hecho, lo que nos queda hasta almorzar, por dónde
llegaremos a Mesones, etc. Esta sofisticada mezcla tecnológica consensuamos denominarla Pacomondo. Impagable.
En Nigüella, lo justo para quitarnos algo de ropa, que la mañana estaba buena, y echar un trago de agua, para continuar rápido hasta Mesones, donde tenemos algún contratiempo al buscar el punto de encuentro con Rosa y Gloria que nos esperaban para unirse al grupo. Hubo que sortear zarzas antes de encontrar el camino adecuado, pero una vez más Pacomondo salió airoso. Como siempre, recomendable este pueblo y su castillo. Es en el fortín que hay a la salida donde nos detenemos y damos cuenta de un almuerzo variado con mejillones, tortilla, embutidos, tomate… y algo de vino. En esta, ya Miguel empieza a sentir molestias en su pie que le lleva torturando las últimas semanas. Ni que decir tiene que el problema en el metatarso se convierte en objetivo de Juancho, que ya tiene a olveguita y meta entre sus victimas de caminatas.
Superado Mesones, nos dirigimos hacia Tierga por una de las zonas más bonitas del día, en la que pronto buscamos la compañía del Isuela, siguiendo las marcas del GR90. Algunas zonas son complejas de seguir y conviene estar atento. Merece la pena, aun cuando a veces se complique el paso. Pronto distinguimos las antiguas minas de Tierga que nos avisan de la proximidad del pueblo. En esta zona Fer y Miguel se adelantan y pensamos que realmente Miguel ya está recuperado de sus problemas a la vista del ritmo que impone. Pero no, en Tierga nos espera, más bien con ganas de abandonar, vista la ampolla que le ha salido por pisar mal
para evitar dolor. Aun se intenta que un BMW y su conductora se apiade del lesionado, pero no hay manera. Ni con eso, ni con la propuesta subliminal de Juancho y su amplia horquilla de posibles. No nos esperaba Paco Mur, que iba a hacer la ruta Tierga-Calcena, creíamos que con nosotros; su coche y sus restos esparcidos por el camino por el GR90 ya nos indicaban que nos iba a esperar en Calcena.
Reparado el pie de Miguel como mejor se pudo, seguimos hasta Trasobares y su cerveza. Es la zona pontonera, siguiendo el camino de la Vera Cruz. De nuevo bajamos al río y allí hacemos alguna hipótesis sobre el nombre del camino y su relación con una aparente cruz en la montaña fruto de grietas y años de erosión que mantienen amezante una gran roca en equilibrio. Desde lejos parece una
verdadera cruz, no templaria eso sí. En esta zona tenemos que cruzar el río… un par de veces. La primera con un puente construido sobre la marcha con piedras y que nos permite cruzar con cierta facilidad. La segunda, algo más compleja, aprovechando un tronco seco caído hace años y que hace de puente. Pacomondo comprueba la fiabilidad del mismo, y vamos pasando uno a uno. Aquí si que ya hay más problemas. Hay dos métodos: de pie y arriesgarse, a horcajadas y arriesgarse. Claro que los riesgos son diferentes… y la hilaridad también. Cada uno y una pasa como puede o quiere. Y Miguel, empeñado mientras tanto practica el tiro de jabalina con los palos. Debemos constatar que con uno o dos acertó y los demás fueron al agua, aunque rescatables. Aquí se perdió un buen tiempo, pero mereció la pena.
El tramo que seguía, ya se hizo con la promesa de Paco de llegar al bar y reconfortarnos con unas buenas jarras de cerveza. El sol ya había salido hacía algún rato y la temperatura era excepcionalmente buena para esta época del año. Tanto que el camino se hizo en manga corta. Algo pasadas las 14.30 llegamos a Trasobares y al bar La Ponderosa, donde fuimos recibidos estupendamente. Nos dejaron dar cuenta de la comida en el bar, con cervecita fresca y un café o té reponedor final. Fantástico. Y además dentro del horario porque teníamos planificado salir sobre las 15.30h. Foto de salida en el bar y adelante.
Poco después de salir de Trasobares, llegamos al kilómetro 31.45 de la andada que coincidía con el 3000 de los cenefos. Momento histórico que inmortalizamos con una foto. Como no controlo el Garmin, no se marcó bien el waypoint, así que nos quedamos con esa info los allí presentes. La ruta continúa y enseguida llegamos a la parte más dura de la etapa con una ascensión de algo más de un kilómetro donde no hay que salvar excesivo desnivel, pero que con los kilómetros ya acumulados se hace compleja. Ni que decir tiene que el lesionado Miguel y Paco se van por delante. Alguno intentó seguir a Paco, y aún lo tuvo a una distancia razonable en algún momento, pero poco… En la cumbre, Paco nos estaba esperando y allí fuimos llegando
desperdigados toda la expe
FOTO INMORTAL EN TRASOBARES (SOLO UNO NO ANDUVO, who?)
dición. Se nos prometió que desde allí, todo era setas de cardo y bajada hasta Calcena, pero cumplido lo primero, la bajada se hizo esperar lo suyo. Ya el tiempo se iba echando encima, así que aceleramos y pronto volvemos a retomar la orilla del río y a ver Calcena. Otra zona que merece la pena. Reagrupación poco antes de llegar a la zona del aparcamiento de la calcenada y desde allí todos juntos hasta el albergue. Punto y final a una estupenda jornada donde ha habido de todo, y todo bueno: risas, tecnología, alguna herida, alcorzes (que buen nombre), zarzas, pequeños chapuzones…
TRES ESTRELLAS con TRASOBARES AL FONDO
Cervecitas (los que podían), algún refrigerio y lo peor del día, ese Numancia-Zaragoza (repetimos partido del año pasado en la misma andada) que nos enfrió algo... poco. Esperemos que los ciclistas dieran cuenta de una estupenda cena (que no lo dudamos) y tuvieran una noche fantástica. Salud compañeros y hasta el año que viene.
¡¡MIRAD AL PAJARITO!!
EN CALCENA



Fotos de la salida

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