jueves, 2 de abril de 2015

Anento: "si vas por abajo, nos vas por arriba"


FICHA TECNICA
 Fecha:   02/04/2015 
 Distancia:   12.51 km  
 Desnivel positivo:   155 m  
 Dificultad:   Fácil 
 Tiempo Invertido:   2h07m (andando) 


El Jueves Santo congrega algo más de gente. Esta vez a los luises, y los de Tierra se unieron Minino y Fer, para completar una excursión a Anento, recientemente designado como uno de los pueblos más bonitos de España. Después de unos tiras y aflojas con los coches, conseguimos salir a eso de las 7.30 para allá. Aún dio tiempo de parar en Cariñena donde los más se repusieron con un café. En poco menos de una hora llegamos a Anento, situado en un buen enclave que anima al senderismo. Una vez colocadas las botas, nos salió a recibir una perrita, Guay o Walley, que nos enseñó el camino y no se despegó de nosotros durante todo el trayecto, hasta ya alcanzado de nuevo Anento varias horas después.
Por el camino del Castillo y Aguallueve salimos del pueblo. Nos dio tiempo de desviarnos y ver lo que queda de, lo que debió ser, un bonito castillo que corona el pueblo. Después nos dirigimos a nuestra ruta. Ya en la zona de Aguallueve hubo alguna que otra disputa, que si por arriba que si por abajo, aunque seguimos al guía que había estado previamente aquí. Tomada la ruta de arriba, el camino transcurre en una zona pedregosa, en la zona alta que encierra un valle. Es difícil seguir la senda en ese terreno, marcada con flechas azules en el suelo pero que se ven solo a ratos, por lo que más de una vez nos perdemos. Bueno, todos no, que la perra bien sabe por dónde va en todo momento. Merece la pena el paisaje y es desde luego una de estas rutas recomendables, salpicada en todo momento por agua manando de los sitios más insospechados (incluido un grifo directamente acoplado a un pino en la zona de castillo, que llama la atención por lo insólito). Llega un momento en el que se distingue en el valle lo que es el merendero, junto a una balsa; ese es nuestro destino. Lo difícil es bajar, por lo que se rodea todo el cortado hasta seguir una pequeña senda que desciende vertiginosa hasta abajo. Allí, como en equilibrio, sorprende un árbol de cuyas raices mana un chorro de agua, como una ducha. De nuevo, curioso lo de este pueblo con el agua.
Lo que nos queda después de tan buena caminata es dar cuenta del almuerzo. Ya antes hemos consensuado cambiar nuestra estrategia ACAC por CAC directamente. Embutido, sardinas, piparras, calamares, queso, lomo y rosquillas. Y dos botas de las que se da cuenta. También la perra da cuenta de lo que se le da como pago a tan buena guía. Contamos varias anécdotas, incluida la  de John Danis, que no tiene precio y nos permite acabar con una sonrisa la mañana. Como últimamente el almuerzo se nos extiende bastante más de lo previsto, tenemos que tomar la pista de vuelta lo más rápido posible para llegar al pueblo ya cerca de las 13h. Solo queda tiempo para una cervecita rápida.
Y así acabamos esta salida de Jueves Santo. Una buena ruta que esperemos sea la antesala de una estupenda temporada.
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Fotos de la salida

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