viernes, 23 de agosto de 2013

Los siete magníficos: andada por Embid de la Ribera y Viver de la Sierra


FICHA TECNICA
 Fecha:   23/08/2013 
 Distancia:   18.2 km  
 Dificultad:   calcetinada
 Tiempo Invertido:   4h 04min


Concertada una salida express la tarde anterior, la 6.30 de la madrugada recibió a siete (magníficos?) dispuestos a compartir camino por Embid. Ya estuvimos cerca a principio de este verano cuando estuvimos en la Cocha. Esta vez tocaba ir al p unto geodésico de San Cristobal en Viver de la Sierra.
Llegados a las 7 a Embid, comenzamos a tirar para arriba, siguiendo el GR que lleva a Viver, y que es fácilmente distinguible, calle del Val arriba. Aun con todo se duda cuando el cemento muere si ese es el camino visto el tamaño de los hinojos que ocultan el camino. La subida inicial es algo dura, quizás por lo inmediato, por lo que conviene tomársela con algo de calma. Llegados a lo alto se obtiene una bonita vista de la Cocha y comenzamos a percibir un valle con un barranco al fondo y escarpadas laderas. Seguimos en esa zona, siempre marcas roji-blancas mediante, la que parece llamarse senda del rey. Es un precioso paseo por una senda marcada por un pequeño muro de piedra con una buena vista de esta agreste zona.
En breve se desciende para seguir la senda por el curso del barranco. Probablemente la zona peor, porque este año las lluvias han traído maleza y fauna en abundancia (léase zarzas y mosquitos, por ejemplo). Finalmente conectamos con una pista que nos ha de llevar a Viver. Ya debería verse a la izquierda esos molinos, ya típicos de esta zona. En este caso tuvimos una mañana de niebla que poco nos dejaba ver. Cuando ya distiguimos Viver tomamos un camino a la izquierda que nos sube al monte donde se sitúa el parque eólico. Y ya todo para arriba, sin pausa, alcanzamos la cima donde se localiza la cruz que parece dedicada a San Cristobal. La mañana más bien fresca, la niebla y sobre todo el viento, no aconseja extender mucho la visita, ni mucho menos almorzar en la zona, por lo que tiramos de nuevo para abajo.

Cerca del cruce, se apaña una mesa, se extiende mantel (esto es marca Luis I) y atacamos a lo que por delante se pone, incluidos los 3 litros de vino acarreados. Repuestos, volvemos a retomar camino, tirando para abajo, para llegar a Embid una cinco horas después de comenzar. Allí, reponemos algo de sales y decidimos seguir el refrigerio en el Albergue, como de costumbre.
Una bonita mañana, para un ruta recomendable, de aprox. 18.2 km, realizados en unas cuatro horas (solo contando tiempo en movimiento, a partir de ahí, lo que uno se quiera detener), con un desnivel acumulado de 800 m (aplíquese la miaja de error estándar). Podemos calificarla de calcetinada, que como ya sabe el cenefo está más allá del paseo, pero nada que ver con las pechadas, ni mucho menos con los inflones.


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